Ei-iE

Zeynep Güneş y Ümit Aktaş: "Supimos que habíamos sido despedidos por las listas publicadas en internet"

publicado 14 julio 2017 actualizado 12 septiembre 2017

Zeynep y Ümit llegaron este año a Estambul. Proceden de la ciudad de Mardin, situada en el sudeste del país. Trabajaron en la escuela primaria de esta localidad durante varios años, incluso durante el periodo de guerra y en la época de los toques de queda.

Su llegada a Estambul era el principio de una nueva etapa. Se inició con una boda que solo pudieron celebrar a medias en Mardin con sus amigos y familiares, ya que Zeynep acababa de ser suspendida de sus funciones."Todos los invitados, o casi todos, también eran víctimas de purgas", explica Ümit,"por lo que celebramos una fiesta de resistencia. Llevábamos camisetas en las que se leía "No toques a mi profe". Era el 24 de septiembre. " Me suspendieron de mis funciones hasta diciembre, y unos meses más tarde me despidieron. El 7 de febrero, el mismo día que Ümit", recuerda Zeynep. Ambos siguen conmocionados por la manera en la que se enteraron de sus despidos, como explica Ümit:"Era una tarde en la que precisamente estábamos delante del ordenador preparando actividades nuevas para los niños. De repente, una amiga nos llamó para decirnos que acababan de publicar nuevas listas de nombres. Las consultamos y allí estaban nuestros dos nombres". Desde entonces ya nadie les ha vuelto a contactar, ni siquiera los directores de escuela."Estuve tres días sin dormir", recuerda Zeynep. La joven, que explica que nunca antes había tenido problemas con la justicia ni con la policía, todavía no entiende por qué su nombre apareció en estas listas. Al igual que otros compañeros, participaron en la huelga del 29 de diciembre de 2015."Para manifestar que queremos que se acabe la guerra para que los niños puedan ir al colegio", se rebela Ümit, que nunca ha vacilado, según declara, en hacer horas extra por la pasión que siente por su profesión."¿Por esto nos echan? Si volviera atrás volvería a hacer exactamente lo mismo".

Si hay algo que caracteriza a esta joven pareja es la determinación."No es que tenga esperanza", rompe Ümit, " estoy segur o de que recuperaré mi trabajo algún día, porque soy inocente". Ahora son propietarios de una pequeña cafetería, la "Janya" (una palabra kurda que significa "sentir pena"), en el centro de Estambul."A menudo comentábamos que nuestro sueño sería regentar una pequeña cafetería con libros cuando fuéramos más viejos", explica Zeynep,"nunca pensé que ocurriría tan pronto. Me rompe el corazón, ya que me apasiona mi trabajo de profesora. Ha llegado demasiado pronto".

Con todo, no entra en sus planes rendirse ante todos estos contratiempos que se han producido en su vida."Hay profesores despedidos que se pasan a vernos por la cafetería. Charlamos. Nos organizamos para resistir y defender nuestros derechos", cuenta Zeynep. Ayudarse mutuamente es su manera de salir a flote. Sin embargo, en el fondo de su corazón albergan una bonita esperanza: pedir cita en el ayuntamiento para el matrimonio civil. ¿La fecha?"En cuanto recuperemos nuestros trabajos".