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Mundos de la Educación

“Los docentes deben sentirse seguros para a educar generaciones libres”

publicado 20 diciembre 2018 actualizado 19 febrero 2019
Escritos por:

Por Özgür Bozdogan

En Turquía, tras la fallida intentona de golpe del 15 de julio de 2016, días después, el 20 de julio, se declaró el estado de emergencia. Esta situación de emergencia se utilizó como un ataque contra todos los grupos de oposición. Este abuso de poder se utilizó para incrementar el poder del Estado, ya que el Gobierno emitió decretos que le permitieron pasar por alto todos los procesos parlamentarios. A causa de estos decretos ley, cien mil funcionarios públicos se despertaron una mañana sin empleo. Este cambio en sus vidas representó para todos ellos una " muerte civil". En este período, los trabajadores y trabajadoras de la educación y la ciencia, al igual que todos los demás funcionarios públicos, cumplen con su deber bajo la amenaza del estado de emergencia y la férula de un régimen que domina a base de decretos ley. Pese a que el estado de emergencia se ha levantado, la amenaza del despido sigue vigente.

El Gobierno restringe los derechos de los trabajadores que todavía no ha despedido. Está tratando de convertir a los docentes en "agentes gubernamentales" utilizando el " empleo por contrato", es decir, empleo precario. Los docentes, de quienes se espera que muestren lealtad y obediencia al poder político, son sometidos a un sistema de examen oral a la hora de ser contratados, lo cual constituye una política que pretende crear docentes destinados a servir los objetivos políticos del Gobierno.

Los docentes se ven obligados a actuar de acuerdo con los deseos de los poderes políticos en lugar de atender las necesidades y prioridades de su misión. Aquellos que intentan cumplir con su deber de impartir una educación de calidad a sus estudiantes, o a favor de un sistema educativo libre, democrático y científico son amenazados con el despido.

La organización sindical Eğitim Sen ha afirmado y reafirmado que se les obliga a trabajar bajo la amenaza de la inseguridad del empleo, lo que significa verse obligados a actuar en beneficio del poder político, no en beneficio de los estudiantes. El temor a ser despedido en cualquier momento significa trabajar bajo la amenaza de auditorías de desempeño, lo que provoca una erosión en la calidad de la profesión.

Prácticas tales como la introducción de la enseñanza por contrato a través de decretos ley; enmiendas a la ley núm. 657 sobre los trabajadores públicos, el control de desempeño y la sanción para todos aquellos que los poderes políticos consideren como no aceptables, impiden que los trabajadores de la educación miren el futuro con confianza. Los docentes tienen que continuar viviendo diariamente con el temor de perder su empleo. Los docentes están obligados a lidiar con estos problemas en lugar de dedicarse a su profesión.

Por ejemplo, el "Documento nacional de estrategia docente", preparado por el Ministerio de Educación Nacional para el período 2017-2023, revela claramente el rumbo que hemos tomado. Una ojeada más de cerca a la estrategia indica que se esperaba realizar una auditoría de desempeño de todos los docentes para finales de 2018. Todos los profesores tendrán que pasar una prueba cada cuatro años con el fin de iniciar un nuevo sistema de rotación que significa el exilio. Si un docente no obtiene las notas necesarias en un determinado grupo de evaluaciones, se verá obligado a cambiar de lugar de trabajo. El nuevo sistema está imprimiendo en la profesión docente una estructura jerárquica a la que se denomina “etapas de la carrera".

Además, el aspecto más importante de esta estrategia es convertir en permanente la práctica de la enseñanza por contrato. Esta forma de empleo, que se aplicó entre 2007 y 2011 y causó un deterioro significativo en la calidad de la educación y el entorno de la enseñanza, se está transformando actualmente en la forma principal de empleo. El hecho de que hace muchos años la práctica de los docentes por contrato creó una diferencia de estatus entre los trabajadores de la educación y, por lo tanto, llevó a la pérdida de los derechos económicos y sociales, así como el hecho de que la enseñanza por contrato se ha promulgado de nuevo y ahora se convertirá en una forma permanente de empleo, muestran claramente el principal objetivo del Ministerio de Educación Nacional. Este objetivo consiste en educar a las nuevas generaciones con miras a una "Turquía nueva y a estructuras sociales nuevas" y han de hacerlo docentes que a su vez no se sienten libres ni seguros.

En resumen, la presión utilizada contra los trabajadores de la educación y la ciencia para convertirse en agentes gubernamentales concierne a toda la sociedad. Es imposible que un docente enseñe a los estudiantes un pensamiento libre y crítico a menos que se resista a seguir estas directivas políticas e ilegales. Si un docente no enseña a los estudiantes los valores universales y les hace conscientes de su creatividad y de su potencial, significa que lo único que hace es cumplir con la tarea que se le ha encomendado en tanto que "agente gubernamental".

Por último, quiero subrayar que el futuro de una sociedad cuyos docentes están destinados a ser “agentes gubernamentales” tiene como límite el horizonte dictado por el partido en el poder. Sin embargo, el objetivo principal de la educación debe ser liberar a los estudiantes y darles confianza y estímulo, así como crear un entorno de aprendizaje seguro para todos. Los estudiantes tienen el derecho a mejorar sus competencias a través de la educación, lo que requiere una independencia libre de obstáculos y limitaciones impuestas por las condiciones políticas y sociales. Hoy día, apoyar la voz de nuestros docentes y sus reivindicaciones significa defender el derecho de nuestros estudiantes a una educación de calidad.

Un sistema educativo en el que los docentes se sientan seguros, en el que se reconozca la autonomía profesional, se garantice la seguridad del empleo y el mejoramiento de la condición económica y social de los docentes son algunas de las condiciones primordiales para garantizar el derecho a una educación de calidad de nuestros estudiantes.

Por lo tanto, valga subrayar la divisa según la cual “un maestro cambia el mundo”. Eğitim Sen, en un llamamiento a los docentes el primer día del nuevo curso académico, declaró que no caeremos en el pesimismo. Al contrario, generaremos, juntos, soluciones a nuestros problemas, y haremos todo lo posible para que este año sea el año de los y las docentes (!). Sabemos que podemos cambiar el mundo. ¡Mantendremos nuestra promesa! Porque estamos convencidos de que, juntos, lo conseguiremos.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.