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Mundos de la Educación

“Susi”– una novela gráfica sobre una niña judía escondida – y cómo trabajar con el libro en las escuelas primarias, por Silvia Stieneker (GEW, Alemania).

publicado 28 enero 2020 actualizado 18 febrero 2020
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Soy docente de escuela primaria en Berlín. En el verano de 2019 participé en un seminario sindical germano-israelí para docentes que tuvo lugar en Tel Aviv, organizado por el sindicato alemán “Gewerkschaft Erziehung und Wissenschaft (GEW)” y el sindicato de docentes israelíes “Histadrut ha Morim”. En ese seminario hablamos de cómo enseñamos la Shoah a nuestros estudiantes. Las novelas gráficas y los proyectos de lectura individuales sobre este tema pueden constituir un buen enfoque para que los estudiantes más jóvenes con habilidades de lectura limitadas aprendan sobre la Shoah y el nacional socialismo.

Las novelas gráficas sobre la Shoah

Trabajo en el distrito multicultural de Kreuzberg en Berlín, con chicos jóvenes (de 11 a 12 años, en ese momento el tema aparece en el programa de estudios), y no todos ellos son muy buenos en lectura. El alemán es a menudo su segunda lengua, por lo que trato de buscar materiales y métodos de enseñanza que complementen los libros de texto tradicionales.

Cuando se trata de enseñar la Shoah, creo que las novelas gráficas son el material ideal para mis clases. Permiten que los alumnos tengan un acceso intelectual, así como estético y emocional, a la historia. Liberan su creatividad y permiten enfoques individuales en función de los intereses y las capacidades de los niños. Desde el muy elogiado y controvertido “Maus” de Art Spiegelman, se han publicado cómics desde los años 80. Aparecieron muchas novelas gráficas de biografías individuales relacionadas con la Shoah. Por ejemplo, el diario de Ana Frank de Ari Folman y David Polonsky o “Auschwitz” de Pascal Croci. En las librerías hay novelas gráficas para todas las edades. El libro que uso para mis clases es “Susi, die Enkelin von Haus Nummer 4 und die Zeit der versteckten Judensterne” (en español: Susi, la nieta de la casa número 4 y la época de las estrellas judías ocultas) de Birgitta Behr, docente de la escuela primaria y artista de Berlín. “Susi” se basa en la historia real de Susi Collm (*1936), una niña judía que sobrevivió a la Shoah con su familia en Berlín porque fueron ocultados por amigos y otras personas que no conocían para evitar su deportación. “Susi” es un poderoso ejemplo de coraje y solidaridad en los tiempos más oscuros de la historia de la humanidad. Sin embargo, no pasa por alto los horrores de la Shoah, ya que cuenta la historia de la querida abuela de Susi, que fue deportada y ejecutada en el campo de concentración de Treblinka. El libro no solo cuenta la historia de la familia y revela los sentimientos de Susi, sino que también proporciona páginas de datos sobre el nacionalsocialismo (a saber, las leyes de Nuremberg) y una cronología básica que ofrece a los estudiantes una perspectiva general.

Proyectos individuales de lectura

Teniendo en cuenta que todos los niños de mi clase tienen diferentes habilidades de lectura, les permito crear proyectos individuales sobre “Susi” (y otras novelas gráficas) a su propio ritmo.

El proyecto de la caja

Los niños pueden utilizar una caja de zapatos vieja y poner dibujos o citas del libro en la parte exterior. Llenan el interior con objetos importantes del libro (como cartas, dibujos, juguetes de Susi, una estrella amarilla,...). Utilizan estos objetos al presentar la historia en clase para contar a los demás lo que han leído y lo que a ellos les ha parecido importante.

El pergamino de lectura

Para este proyecto se puede usar una vieja caja de patatas fritas, ilustrar el exterior con motivos del libro e introducir en su interior un leporello, que se puede hacer pegando muchas hojas de papel. El leporello puede incluir un resumen del libro, un árbol genealógico de la familia Collm, una cronología, fotografías, información adicional, reflexiones personales en forma de ensayos o cartas a los protagonistas –realmente depende de las ideas y los deseos del niño.

El lapbook

Un lapbook es una carpeta de archivos que contiene una variedad de “mini-libros” plegables y otros materiales que proporcionan información detallada sobre un tema. En Internet se pueden encontrar instrucciones y plantillas para crear un lapbook.

Cómo preparar los proyectos

Mientras los estudiantes trabajan en sus proyectos por sí mismos, mi trabajo como docente consiste en preparar plantillas, proponer ideas y proporcionar información adicional. Por supuesto, estoy presente en el aula para darles consejos y hacer comentarios cuando lo necesiten. Me parece muy útil que los niños instalen una mesa o una estantería con libros que no son de ficción relacionados con la Shoah (adecuados para los niños) en los que puedan encontrar más información si están interesados. También preparo algunas tareas (para el pergamino y los lapbooks) y declaro algunas de ellas obligatorias, por ejemplo el resumen o el árbol genealógico. Algunas de mis ideas son:

  • Los cinco grandes (las cinco personas, objetos, lugares y citas más importantes del libro)
  • Escribir una carta personal a Susi (o a su abuela)
  • Crear un poste de señalización con las leyes de Nuremberg
  • Dibuja una maleta. ¿Qué te llevarías si tuvieras que dejar tu casa como Susi?
  • Dibujar una casa y sus habitantes. ¿Qué dirían si una familia judía como los Collms llamara a su puerta pidiendo ayuda?
  • Dibujar un mapa del vecindario de Susi, averiguar cómo es hoy en día

Conclusión

He visto a estudiantes entusiasmados y motivados cuando crean sus propios proyectos de lectura. Para los chicos más jóvenes, siempre es agradable hacer algo con sus manos (dibujar, pintar, recortar, doblar, pegar, diseñar) porque les ayuda a concentrarse en su trabajo. Otros estudiantes están muy interesados en ver los proyectos de sus compañeros de clase. Pueden inspirarse y ayudarse mutuamente. Se puede invitar a otras clases a una exposición de los proyectos para que los estudiantes puedan compartir con otros lo que han aprendido. Los proyectos de lectura tienen un impacto en mi función de docente. Cuando trabajamos en ellos, no enseño de una manera clásica. Más bien ayudo, desempeñando una función de consejera o asesora de mis estudiantes, y los empodero para que se organicen y se diviertan mientras aprenden.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.