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Burkina Faso: Cuestiones relativas a la salud y la seguridad que deben resolverse antes de reabrir las escuelas

publicado 6 mayo 2020 actualizado 9 junio 2021

Los sindicatos de la enseñanza de Burkina Faso exigen a las autoridades públicas que garanticen unas medidas de seguridad apropiadas para estudiantes y profesores antes de reabrir las escuelas el 11 de mayo. Los sindicatos admiten que la enseñanza a distancia no se está impartiendo de manera uniforme por todo el país y que no puede remplazar a la educación en las aulas.

En Burkina Faso, todas las escuelas y universidades (públicas y privadas) cerraron el 14 de marzo como respuesta al brote de la COVID-19 que comenzó el 9 de marzo.

Iniciativas de enseñanza y aprendizaje a distancia

La continuidad de la educación en los cursos que estaban preparando exámenes fue garantizada mediante medidas temporales de enseñanza y aprendizaje, en asignaturas como francés, matemáticas y filosofía, a través de dos canales de televisión privados. Sin embargo, los estudiantes de familias pobres y de zonas rurales no tuvieron acceso a este servicio.

Más adelante surgió una iniciativa gubernamental del Ministerio de Educación que proseguía con la enseñanza desde seis canales de televisión y se creó también una radio escolar con lecciones preparadas por los profesores. Sin embargo, los sindicatos de la educación han criticado enérgicamente que se les haya excluido del proceso.

Mientras tanto, los preparativos para retomar las clases siguen su curso; la fecha prevista para la reapertura es el 11 de mayo para las clases que preparan exámenes y el 24 de mayo para el resto de los cursos. El Ministerio de Educación también ha adoptado medidas para adquirir dos millones de mascarillas que serán gratuitas para los alumnos (dos para cada uno).

Cuestiones que resolver antes de la reapertura

Aunque los sindicatos, los padres y madres y el Gobierno están de acuerdo en que el aprendizaje a distancia nunca sustituirá a la enseñanza en las aulas, los sindicatos de la enseñanza, así como los padres y madres, tienen inquietudes para las que desean respuestas. Por ejemplo, han exigido al Gobierno que incorpore medidas de protección adecuadas antes de abrir las instalaciones. Algunas de las denuncias se refieren a la falta de acceso al agua corriente o al mantenimiento de la distancia de seguridad en las aulas. Las clases, por ejemplo, suelen estar abarrotadas, con cuatro o cinco alumnos por banco en primaria. Según madres, padres y sindicatos, estos problemas deben resolverse antes de que docentes y alumnos vuelvan a la escuela.

Suspensión de salarios y huelgas

Aunque se pretendía reabrir las escuelas el 28 de abril, finalmente se optó por aplazar la fecha a raíz de los desacuerdos entre el Gobierno y los sindicatos. El Gobierno había suspendido los salarios de 726 funcionarios, muchos de ellos profesores (miles de funcionarios también han sufrido recortes en sus salarios). Algunos de los profesores cuyos salarios fueron suspendidos estaban de baja por maternidad o por enfermedad.Esta controversia tuvo lugar tras una huelga de funcionarios en febrero y a principios de marzo como consecuencia de la decisión gubernamental de aplicar un nuevo impuesto sobre sus prestaciones (como el subsidio de la vivienda). Cuatro de los cinco afiliados nacionales de la Internacional de la Educación (F-SYNTER, SNEA-B, SNESS y SYNATEB) participaron en la huelga. Finalmente, el ministro de Educación anunció que se pagarían los salarios suspendidos.

Por otra parte, se han revisado las trayectorias laborales de 78 000 docentes, según el convenio alcanzado en 2019, y se prevén subidas de salarios y otros beneficios por valor de 40 000 millones de USD.

Sin embargo, en el sector privado los docentes y el personal de apoyo educativo no han percibido sus sueldos como consecuencia del cierre y el Gobierno no ha tomado medidas para que puedan cubrir sus necesidades básicas y las de sus familias.

Zonas de conflicto

Los sindicatos de la educación también han señalado que la población del norte y el este de Burkina Faso ha sido víctima de ataques frecuentes y mortales de grupos terroristas, lo que ha provocado el cierre de escuelas en esas zonas. Ahora hay más de 700 000 personas desplazadas y se han construido escuelas alternativas con el apoyo económico de ONG y donantes en los lugares donde se refugia esta población.

Se puede consultar la guía de la IE para la reapertura de escuelas e instituciones educativas aquí.