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PISA Volumen VI, 2018: “¿Están los estudiantes listos para prosperar en un mundo interconectado?”

publicado 22 octubre 2020 actualizado 26 octubre 2020

El Volumen VI del informe PISA de la OCDE, publicado hoy, amplía considerablemente los criterios para la evaluación y las comparaciones internacionales de PISA. Por vez primera, el informe, basado en los datos recabados en 2018, examina las competencias globales de los y las estudiantes.

Analiza la capacidad de los alumnos y las alumnas de 15 años para pensar en cuestiones locales, mundiales e interculturales, para respetar a los demás y relacionarse con ellos, y para apreciar la diversidad y adoptar actitudes al respecto. También examina cuestiones fundamentales para la democracia y la ciudadanía activa, en particular la apertura, el pensamiento crítico y otros factores. Aborda asimismo el impacto y la influencia de Internet en el condicionamiento del pensamiento y la polarización de nuestras sociedades.

Al principio, los informes PISA se centraban únicamente en las competencias en materia de lectura, cálculo y ciencias. A lo largo de los últimos años se han añadido otros ámbitos, como la capacidad de colaboración de los estudiantes. El próximo PISA incluirá el pensamiento creativo. Los puntos de vista de los docentes y las docentes también se han incluido en el informe de este año.

Esta última novedad, que la OCDE considera “todavía experimental”, ha sido objeto de controversia en algunos países. Bélgica, la República Checa, Japón, los Países Bajos, Noruega, Suecia, Dinamarca, Estados Unidos y el Reino Unido, con la excepción de Escocia, no participaron en la encuesta. No obstante, se ha contado con la participación de 66 países.

Aprender a vivir juntos

En los países de la OCDE, el 82% del alumnado declara respetar a las personas procedentes de otras culturas y las considera como seres humanos en igualdad de condiciones. En todos los países, las chicas manifiestan un mayor respeto por el prójimo que los chicos. En casi todos los países el alumnado de origen inmigrante declara respetar más a las personas de otras culturas que a sus compañeros y compañeras nativos.

Se plantearon varias preguntas sobre los inmigrantes y sus derechos. Aunque las respuestas varían considerablemente de un país a otro, un promedio del 85% del alumnado de los países de la OCDE cree que los inmigrantes deberían tener los mismos derechos a la educación, y el 80% piensa que deberían tener los mismos derechos en otros campos. Las cifras son más elevadas entre quienes han tenido contacto con inmigrantes y en los países que cuentan con una larga tradición de inmigración y con políticas de integración satisfactorias. Las actitudes de los padres y las madres y de los demás estudiantes influyen en los puntos de vista de las personas encuestadas. Las chicas se muestran más positivas respecto a los inmigrantes que los chicos. El porcentaje de estudiantes que tienen contacto con estudiantes inmigrantes en la escuela varía considerablemente entre los diversos países.

Por lo general, el contacto, los intercambios y la información acerca de otros grupos y culturas influyen a la hora de aceptar la diversidad y de entender el valor de la misma. Los estudiantes y las estudiantes que han aprendido otros idiomas también se muestran más abiertos a las perspectivas de los demás.

Valores y adopción de medidas

La encuesta examina el grado de concienciación respecto a problemáticas mundiales, así como el interés por la movilización y el conocimiento de los medios para actuar. En términos de concienciación respecto a problemáticas mundiales, la cuestión sobre la cual el alumnado está informado es, con diferencia, el cambio climático: el 88% está familiarizado con este tema, y la mayoría asiste a una escuela donde se imparte esta cuestión.

Se observa la misma relación entre enseñanza y concienciación en lo que respecta a la pobreza, el hambre y la malnutrición y las cuestiones de sanidad pública. Los estudiantes y las estudiantes que han participado activamente en estas cuestiones son los que más concienciados están al respecto y los que profesan actitudes más positivas. El informe muestra, sobre la base de los datos, que la integración de determinadas actividades en los entornos de aprendizaje puede ayudar a fomentar el entendimiento intercultural.

En el Volumen VI se plantea la cuestión de la comprensión y la capacidad del alumnado para funcionar en una democracia como ciudadanos y ciudadanas activos. Los resultados de 2018 revelan que solo uno de cada diez estudiantes consigue distinguir entre hechos y opiniones. El informe menciona que la avalancha de información procedente de Internet puede determinar las actitudes, pero también generar confusión y reticencia a desempeñar un papel activo. Según el informe:

“Los algoritmos que se esconden tras las redes sociales nos clasifican en grupos de individuos con ideas afines. Crean burbujas virtuales que amplifican nuestros puntos de vista y nos aíslan de las perspectivas divergentes; homogeneizan las opiniones al tiempo que polarizan nuestras sociedades”.

“Las escuelas del mañana tendrán que ayudar a los estudiantes y las estudiantes a pensar por sí mismos/as y a unirse a otros y otras, con empatía, en el marco del trabajo y de la ciudadanía. Será preciso que ayuden al alumnado a desarrollar un profundo sentido del bien y del mal, así como una sensibilidad a las afirmaciones que otras personas hagan sobre nosotros, y a comprender los límites de la acción individual y colectiva”.

En respuesta a la nueva publicación, el secretario general de la IE, David Edwards, expresó: “Acogemos con beneplácito el hecho que el informe reconozca que la educación debe preparar a los estudiantes y las estudiantes a vivir con los demás, a abrazar otros valores y a convertirse en ciudadanos y ciudadanas activos. Se trata de una refutación abierta del nacionalismo populista que busca sembrar el miedo. Es también un reconocimiento de la función esencial que desempeña el personal docente calificado y seguro de sí mismo en la preparación del alumnado para abrazar la diversidad”.

El informe afirma que la misión profesional es una mirada al futuro y que, “sean cuales sean las tareas que las máquinas puedan desempeñar en lugar de los humanos en el ámbito laboral, las exigencias en torno a nuestros conocimientos y nuestra competencias para contribuir de manera significativa a la vida social y cívica no dejarán de aumentar”.

El Volumen VI de PISA 2018 puede consultarse aquí

El análisis y comentario inicial de la IE puede consultarse aquí