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El índice mundial señala que la libertad académica muestra signos de deterioro y no se respeta en la mayoría de los países

publicado 14 abril 2021 actualizado 29 abril 2021

La segunda edición del Índice de Libertad Académica (AFI) muestra que solo el 20 % de la población mundial vive en países donde la libertad académica se protege de forma adecuada. En muchos países ya se observan signos de deterioro. Además, el amplio uso de la educación a distancia a raíz de la pandemia ha incrementado las amenazas contra la libertad académica, que puede verse debilitada a largo plazo.

El estudio sobre la libertad académica abarca 175 países y territorios y está basado en los análisis de numerosos expertos independientes de cada país. La versión anterior se publicó en marzo de 2020 e incluía 144 países y territorios. Los informes se basan en datos e investigaciones relevantes que se remontan al año 1900.

  1. Los indicadores son los siguientes:
  2. Libertad para investigar y enseñar;
  3. Libertad de intercambio y difusión académica;
  4. Autonomía institucional;
  5. Integridad del campus; y
  6. Libertad de expresión académica y cultural.

Al comparar el último estudio con los resultados comparables de hace un año, la encuesta mostró que los mayores descensos anuales de la libertad académica se han producido en Bielorrusia, Hong Kong, Sri Lanka y Zambia.

Uno de los objetivos del índice es destacar la libertad académica para que se reconozca como un importante factor determinante de la calidad y de las contribuciones de las universidades. Este debería ser un factor clave en su evaluación. Muchas comparaciones y clasificaciones de universidades utilizan criterios basados en los resultados sin tener en cuenta la libertad académica. Esto explica que ciertas universidades de algunos de los países más represivos reciban altas puntuaciones. Pero ello no significa que acepten la libertad académica como un derecho universal ni que reconozcan su importancia para la educación, la enseñanza y la investigación de calidad.

Repercusiones de la COVID-19 en la libertad académica

La educación a distancia, ampliamente utilizada en el ámbito universitario, no solo ha supuesto un reto tecnológico y pedagógico, sino que ha cambiado el contexto de la educación y ha planteado riesgos para la libertad académica. Así ha ocurrido incluso en los países con una buena puntuación en el índice. Según el informe "han aumentado las oportunidades para vigilar la investigación, la enseñanza y el discurso utilizado, así como las sanciones, las restricciones, la autocensura y el aislamiento". La cuestión es que no solo se puede supervisar la educación, sino que, además, las palabras se pueden sacar de contexto y los gobiernos o los partidos políticos o los extremistas las pueden utilizar para atacar e intimidar al personal académico.

Todavía no sabemos con certeza qué repercusiones a largo plazo tendrá la pandemia sobre la libertad académica. Al igual que en otros ámbitos, será necesario reconstruir el sector y aportar fondos a la educación superior. Es importante que la protección de la libertad académica constituya una parte central de ese proceso.

Recomendaciones

El AFI proporciona una enorme cantidad de información y comparaciones útiles. Puede contribuir y propiciar otras investigaciones. Puede enriquecer los debates políticos y fundamentar las acciones de los gobiernos y los parlamentos, de los organismos internacionales, de los sindicatos y de otros miembros de la comunidad universitaria, administradores, personal académico y estudiantes.

Entre las recomendaciones para el uso del informe se incluyen:

  • Los responsables de las políticas de educación superior pueden utilizar los datos para contribuir a un análisis del impacto positivo y negativo sobre la libertad académica en sus países en relación con la legislación, las reformas u otros cambios de políticas con el fin de ayudar a orientar la política en el futuro.
  • Los responsables de la política exterior pueden utilizar la información independiente y fiable del índice para ayudar a entender y reaccionar ante las violaciones de la libertad académica, tan estrechamente vinculada a las preocupaciones sobre la democracia y la gobernanza. La libertad académica rara vez recibe la importancia y la visibilidad que merece, a menos que se agreda o se encarcele a académicos de renombre.
  • La ONU puede utilizar el índice para evaluar el cumplimiento nacional del Pacto de Derechos Económicos, Sociales y Culturales en lo que respecta a las disposiciones relacionadas con la libertad académica.
  • Los parlamentos pueden utilizar el índice y las tendencias que muestra para mejorar la calidad de la educación superior y la investigación, proporcionar seguridad y autonomía al sector y garantizar que contribuya plenamente al debate democrático y al progreso social y económico.
  • Los grupos de defensa pueden utilizar los datos para exigir a los Estados que cumplan sus obligaciones nacionales e internacionales y en las intervenciones con las autoridades e instituciones de educación superior.
  • Los responsables y rectores de universidad pueden utilizar los datos para elaborar comparaciones globales e históricas con el fin de defender la autonomía institucional y contribuir a reforzar la cultura y la práctica de la libertad académica.
  • Los organismos de financiación que apoyan la colaboración y los intercambios académicos pueden utilizar los datos para hacer un seguimiento de las condiciones de la libertad académica en los países en los que están activos y utilizarlos en las decisiones relacionadas con futuros socios y actividades, así como para los proyectos en curso.
  • Las clasificaciones de las universidades son publicadas por un número limitado de organismos influyentes. En sus comparaciones de universidades no incluyen la libertad académica como criterio. El índice podría servir para corregir esa omisión y ofrecer una clasificación más precisa del valor y las aportaciones de la educación superior.
  • La comunidad académica suele liderar la lucha por la libertad académica. El personal académico y de investigación, sus sindicatos u otras organizaciones, así como todo el conjunto estudiantil, son los principales "perjudicados" cuando no se respeta esa libertad. Pueden utilizar el índice en la comunidad universitaria, pero también en la sociedad en general.

Movilización de la Internacional de la Educación por la libertad académica y la democracia

Los debates en la Internacional de la Educación sobre la libertad académica se enmarcan en el contexto de la condición del personal docente y demás personal educativo y la autonomía profesional. Sin embargo, también forman parte de su labor de defensa y fortalecimiento de la democracia.

Cuando los representantes de las organizaciones miembros que representan a los trabajadores y las trabajadoras de la educación superior se reúnen, hablan de los ataques de los gobiernos y otras fuerzas contra la libertad académica, pero también tratan otros factores que perjudican su práctica. En muchos países, los recortes presupuestarios han reducido los recursos para llevar a cabo investigaciones independientes. Como consecuencia, en algunos casos, la investigación termina por depender de la financiación privada, a menudo de empresas. Pero incluso cuando dicha investigación no está controlada, el financiador suele ser quien determine el enfoque de la investigación. Este hecho puede limitar la libertad académica.

En muchos países, las personas que se dedican a la docencia o a la investigación suelen tener contratos de trabajo precarios. Esta inseguridad laboral puede impedir que reivindiquen su derecho a la libertad académica para no correr el riesgo de que no se les renueven los contratos. También puede imponer obstáculos a la participación en estructuras de gobierno colegiadas, en caso de existir, debido a las posibles consecuencias de la libertad de expresión.

La libertad académica forma parte de los derechos fundamentales para mantener unas democracias fuertes. Las investigaciones independientes de alta calidad pueden servir como una base sólida para la toma de decisiones públicas y el debate democrático. En los últimos años, la desinformación, que suele transmitirse de forma instantánea y masiva a través de las redes sociales, ha distorsionado el debate, difundido el odio y polarizado las opiniones. Un ejemplo dramático de ello es la difusión de información falsa sobre el calentamiento global. Para mantener un buen debate sobre esta y otras cuestiones de política pública, la información de calidad y fiable, proporcionada por los investigadores universitarios, ha tomado una relevancia muy significativa. Puede servir de base para que las sociedades construyan un consenso sobre hechos y datos contrastados en lugar de opiniones.

Próximo seminario web sobre el Índice de Libertad Académica y otros recursos

Scholar at Risk organizará el seminario web "Free Universities: Putting the Academic Freedom Index Into Action Through the UN Human Rights Systems" el próximo 15 de abril. En el seminario web se presentará el AFI.

El informe Free universities-Putting the Academic Freedom Index Into Action, de Katrin Kinzelbach, Ilyas Saliba, Janika Spannagel y Robert Quinn, está disponible aquí.

El artículo Why university rankings must include academic freedom, de Robert Quinn, Janika Spannagel e Ilyas Saliba, se puede consultar aquí.