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Francia: importante seguimiento de la huelga de protesta contra la gestión de la crisis sanitaria en el ámbito escolar

publicado 13 enero 2022 actualizado 18 febrero 2022

Ante la crisis sanitaria vinculada a la COVID-19, movilización a gran escala de los sindicatos de la educación en Francia el 13 de enero con el fin de pedir que se respete al personal y dar a la escuela los recursos necesarios a su funcionamiento. El desencadenante de la huelga fue el protocolo sanitario en las escuelas, anunciado en la prensa unas horas antes del inicio del curso escolar el pasado 3 de enero y modificado dos veces desde entonces.

Garantizar la seguridad del alumnado, del personal y sus familias

“Desde el inicio del curso escolar en enero, el agotamiento y la exasperación de toda la comunidad educativa ha alcanzado un nivel sin precedentes. El ministro y el Gobierno son totalmente responsables de esta caótica situación debido a los incesantes cambios, los protocolos insostenibles y la falta de recursos para garantizar el funcionamiento de la educación”, señala el Llamamiento interfederal que reúne a las federaciones del sistema de educación nacional, a saber, la Fédération syndicale unitaire (FSU), la Union nationale des syndicats autonomes (UNSA), Force Ouvrière (FO), la Confédération générale du Travail (CGT) Éduc'action, el Syndicat national des lycées, collèges, écoles et du supérieur (SNALC), el Syndicat national des écoles (SNE), la Union syndicale Solidaires (SUD) Éducation, con la Fédération des conseils de parents d'élèves (FCPE), y las organizaciones estudiantiles el Mouvement national lycéen (MNL), La Voix Lycéenne y la Fédération indépendante et démocratique lycéenne (FIDL).

Estos sindicatos hicieron un llamamiento a todos los trabajadores y trabajadoras de la educación para declararse en huelga y a la movilización de toda la comunidad educativa este 13 de enero para manifestar su cólera y obtener una política coherente de protección y prevención que esté a la altura de los retos sanitarios, escolares y sociales que plantea la situación.

Lamentan el hecho de que, “a pesar de un aumento sin precedentes de la epidemia, la escuela no cuente con la organización en materia de protección necesaria para garantizar la seguridad del alumnado, el personal y sus familias. La vuelta a clases a cuentagotas genera ajustes pedagógicos que dificultan las condiciones de aprendizaje. La escasez de personal reemplazante, la gestión de los exámenes y las ausencias de los estudiantes deterioran gravemente las condiciones de trabajo. Sin embargo, los establecimientos escolares de todo nivel deben contar con los recursos necesarios para funcionar de manera segura”.

Para estos establecimientos, es fundamental dar paso a “otra gestión de la epidemia en la escuela con los recursos y la protección necesarios para afrontar la crisis, desarrollando un protocolo viable que no ponga en dificultades al personal para la gestión de casos positivos, casos de contacto y las campañas de pruebas preventivas, dotando de equipos de protección al personal, las escuelas y los establecimientos y asignando los recursos humanos necesarios, en particular mediante la creación de puestos a través de listas complementarias y programando, al mismo tiempo, un presupuesto colectivo”.

El 75% del personal docente de la primera infancia y la enseñanza primaria en huelga

Las primeras estimaciones, hechas públicas el 12 de enero por el Syndicat national unitaire des instituteurs, professeurs des écoles y PEGC (SNUipp)-FSU, indicaban que la huelga sería seguida por el 75% del profesorado de la primera infancia y de la enseñanza primaria y el cierre de la mitad de las escuelas del país. Cifras “históricas”, según el sindicato, que destaca el hecho de que “el protocolo actual no solamente no protege al alumnado, al personal ni a sus familias, sino que además desorganiza por completo la escuela”.

“¡Ya está bien! Ya es hora de que el ministro se entere de que nuestras escuelas e institutos no pueden funcionar así, entre un protocolo fantasma y el desprecio”, señaló el Syndicat National des Enseignements de Second degré (SNES)-FSU.

Escuelas de enseñanza secundaria de ciclo inferior y superior al borde del colapso

A pocos días del inicio del curso escolar, los centros de enseñanza secundaria de ambos ciclos ya están al borde del colapso, señala el SNES-FSU: la vida escolar se ve desbordada por la gestión de ausencias y casos de contacto, docentes sin reemplazante, servicio de comedor escolar degradado, ausencia de sensores de CO2, imposibilidad de ventilar adecuadamente las aulas... Según el sindicato, “todo es una demostración de que este Gobierno se niega a invertir en la seguridad de escuelas e institutos”.

En particular, lamenta que, en algunas escuelas, se hayan realizado autopruebas ya caducadas y que al cabo de 20 meses de epidemia, “el Gobierno apenas está empezando a comprender el interés de las mascarillas quirúrgicas para la educación nacional y las escuelas siguen sin estar debidamente equipadas para hacer frente al reto crucial de la ventilación”.

El SNES-FSU también condena que incluso se hayan retirado recursos a la educación nacional, “por ejemplo, las 7.490 supresiones de empleo desde 2018 que han reducido aún más la ya insuficiente capacidad para reemplazar al personal docente. ¿Cómo podemos creer que exista alguna consideración por nuestro sistema educativo cuando no se ha hecho nada para adaptarlo a la crisis sanitaria en 20 meses?”

A su juicio, la comunicación del ministro de Educación Nacional, Jean-Michel Blanquer, es “insoportable”, ya que “desde el comienzo de la epidemia, se ha dejado guiar ante todo por imperativos de comunicación política más que por la preocupación de mantener una comunicación respetuosa con el personal educativo. En muchas ocasiones, el personal se enteró por la prensa de la forma en que se organizaría su vida profesional de todos los días”.

Desde el principio de la crisis sanitaria, el personal ha mantenido a pulso el servicio de educación pública

Asimismo, señala que desde el inicio de la crisis sanitaria “el personal ha mantenido sobre sus espaldas el servicio público de la educación, muchas veces solo, en medio de órdenes y contraórdenes ministeriales, cuando no en medio del desprecio que expresa la imagen ministerial al emplear la palabra ‘absentistas’ para referirse a los profesores y profesoras enfermos.

Para hacer frente a la quinta ola, el SNES-FSU exige:

  • Equipos de protección adaptados para todo el personal y alumnado: mascarillas FFP2, mascarillas quirúrgicas, sensores de CO2, purificadores de aire, autopruebas;
  • El aplazamiento de los exámenes de especialización de bachillerato de marzo a junio;
  • La contratación de personal para reforzar la vida escolar;
  • Aislamiento de los casos de contacto intrafamiliar; y
  • Ampliación de la reserva de personal reemplazante mediante la congelación de la supresión de empleos, la creación de los puestos de trabajo que se requieran para satisfacer las necesidades y el uso de listas complementarias.

La UNSA Éducation también señala que, “mientras que el personal educativo ha movilizado, durante 2 años, toda su energía para sostener un sistema educativo sacudido por la pandemia, el Ministerio no ha cesado de añadir crisis a la crisis. El sistema de la educación nacional, en su conjunto, vive en tensión constante a causa de la discordancia entre los anuncios del Gobierno y las realidades sobre el terreno”.

El sindicato señala que “la exasperación del personal de la educación es inmensa ante las respuestas dilatorias en relación con los equipos de protección, o frente a protocolos que cambian constantemente y que realmente no pueden ponerse en práctica (particularmente en la gestión de los casos de contacto, las demoras en la detección)”.

Para UNSA Éducation, “¡Ya es demasiado!”, “Debe ponerse un alto definitivo a la negación de la realidad sobre el terreno, a fin de anticipar las necesidades”. Del mismo modo, es preciso tomar las disposiciones necesarias para contar con la protección necesaria (mascarillas, autopruebas, etc.), con medidas para asegurar la calidad del aire y el reforzamiento de los recursos humanos.

Necesidad de un protocolo viable e instrucciones adaptadas a la realidad, comunicadas de forma clara y directa

Asimismo, señala que “un protocolo viable e instrucciones adaptadas a la realidad, comunicadas de forma clara y directa, son fundamentales para salir de una gestión caótica de la crisis. También es necesario saber cómo tomar la decisión de cerrar temporalmente una clase y a veces una escuela o establecimiento cuando sea necesario. Todo lo que no es esencial para esta gestión inmediata debe posponerse y no pueden acumularse la enseñanza presencial y a distancia. Es hora de escuchar a los cientos de miles de mujeres y hombres que han mantenido sobre sus hombros el funcionamiento de la escuela en esta crisis excepcional y que ahora están al borde del agotamiento”.

El sindicato reiteró al ministro Blanquer sus constantes reivindicaciones para la gestión de la crisis a largo plazo:

  • Procedimientos que tengan en cuenta los plazos de prevención y gestión necesarios cuando haya estudiantes positivos;
  • La provisión de mascarillas protectoras para el personal (quirúrgicas, que ya deberían llegar, pero también FFP2 para quienes lo deseen) y autopruebas para el personal;
  • Pruebas enmarcadas en una lógica de salud pública y con recursos adaptados;
  • Equipos en sensores de CO2 y purificadores de aire;
  • La contratación de personal en listas complementarias y también de trabajadores y trabajadoras contratados hasta el final del año escolar, así como la contratación de asistentes educativos;
  • Dar prioridad a la actividad con el aplazamiento de todo aquello que no sea imprescindible para la gestión de la crisis (reuniones, redacción de proyectos, formación, encuestas, control de la enseñanza en la familia, ...) ;
  • Establecimiento del teletrabajo de acuerdo con las recomendaciones de la administración pública, lo antes posible, en particular en los servicios académicos, pero también en los establecimientos públicos locales de enseñanza, de conformidad con la organización del servicio; y
  • La no acumulación de la enseñanza presencial y a distancia. El ministro no solo debe dejar claramente por escrito las palabras que dirige a los/las representantes sindicales, sino que también debe emitir una comunicación pública, en particular dirigida a padres y familias.

Apoyo de una parte de las familias

La Fédération des conseils de parents d'élèves (FCPE), la primera organización de padres de alumnos/as, ha pedido a las familias que “no envíen a sus hijos/as” a la escuela para apoyar la movilización del profesorado el 13 de enero, “para indicar al ministro de Educación Nacional y al Gobierno que ya está bien”.

“Al igual que el profesorado, las familias están cansadas de someterse a protocolos cambiantes y que siempre plantean muchas dificultades al alumnado y a los equipos educativos”, escribió la FCPE en un comunicado. Las medidas de flexibilización del protocolo anunciadas el 10 de enero por el primer ministro Jean Castex no han cambiado la “rara” posición de la FCPE, según el portavoz de la federación, Rodrigo Arenas. Las dificultades para obtener autopruebas en las farmacias hacen que las familias teman los obstáculos persistentes para cumplir con el protocolo, y la obligación de pruebas nasofaríngeas, particularmente dolorosas para los más pequeños, “siguen pesando sobre niños y niñas”. La solución, según la federación, sigue siendo “detectar a los niños en las escuelas con pruebas de saliva”.

Solidaridad internacional con compañeras y compañeros franceses

En una carta dirigida a la Secretaria General del SNES-FSU, Sophie Vénétitay, los Secretarios Generales Conjuntos de la National Education Union (NEU), Mary Bousted y Kevin Courtney, participaron la solidaridad del profesorado británico con sus homólogos franceses:

“El objeto de la presente es enviar saludos de solidaridad en nombre de la Ejecutiva de la NEU antes de la huelga de mañana de docentes y el personal de la educación de toda Francia para mitigar la COVID-19 en las escuelas y otras instituciones educativas.

Felicitamos a los sindicatos franceses por tomar medidas para apoyar su reivindicación de que las escuelas y universidades tengan acceso a dispositivos de mitigación, tales como dispositivos de control del CO2 y mascarillas de alta calidad”.