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Canadá: los educadores y las educadoras pasan a la acción en materia de educación sobre el cambio climático

publicado 26 enero 2022 actualizado 28 febrero 2022

En la provincia canadiense de Quebec, los docentes y las docentes sindicalistas se han sumado al Movimiento de Acciones Colectivas en el Ámbito de la Transición Medioambiental y Social de la Central Sindical de Quebec (ACTES-CSQ, por sus siglas en francés), que les presta un firme apoyo para sus iniciativas relacionadas con la educación sobre el cambio climático que llevan a cabo con su alumnado.

Tommy Bureau, consejero de la CSQ responsable del Movimiento ACTES, señala que el movimiento ha sido reconocido por la UNESCO como un modelo único en el mundo.

Añade que su objetivo es apoyar a las escuelas y los establecimientos, desde la primera infancia hasta la universidad, en sus iniciativas orientadas hacia cuatro valores: ecología, democracia, solidaridad y pacifismo. Por consiguiente, desempeña, entre otras, una función de promoción de las iniciativas emprendidas para luchar contra el cambio climático.

“Está vinculado a la CSQ porque, a principios de la década de los noventa, muchos trabajadores y trabajadoras de la educación se movilizaron por el medio ambiente, la democracia o la solidaridad en el contexto de la implicación sindical”.

Una continuación lógica del Movimiento de establecimientos verdes Brundtland

La CSQ decidió a partir de 1993 apoyarles oficialmente en una gran red, el Movimiento de Establecimientos verdes Brundtland (EVB), con el objetivo de construir un mundo mejor y actuar a nivel local y mundial para defender los derechos de estos trabajadores y estas trabajadoras que se movilizan en su entorno de trabajo.

Bureau insiste en que cuando se creó el movimiento, el nombre Brundtland era un nombre que la mayor parte de la población reconocía porque el informe Brundtland se había divulgado hacía algunos años y comenzaba a hablarse del desarrollo sostenible.

Según él, en 2018-2019, cuando la CSQ comenzó a pensar en cambiar el nombre de la red, había dos problemas:

  1. La gente ya no sabía lo que “Brundtland” significaba. Ya no era una personalidad famosa en Quebec.
  2. El nombre “Establecimientos verdes” también planteaba problemas porque la ecología solo es uno de los cuatro valores defendidos por este movimiento, ya que la CSQ también trabajaba mucho en la solidaridad, la democracia y el pacifismo. Por consiguiente, este nombre ya no era muy representativo.

Además, había un problema de estancamiento. “La red de EVB se debilitaba y cada año perdíamos miembros. No porque ya no estuvieran interesados en adoptar medidas, sino por la pesada carga administrativa de la rendición de cuentas y las cuotas anuales. Queríamos reinventar el movimiento para actualizarlo y facilitar la vida a los miembros que deseen volver a sumarse y convertirse de nuevo en miembros activos”.

Bureau continúa destacando que “el aspecto sindical es interesante para nosotros porque tenemos muchas organizaciones que quieren entrar en las escuelas para luchar contra el cambio climático y sensibilizar a través de actividades, pero no siempre desde una perspectiva de respeto de los trabajadores y las trabajadoras”.

Se ha creado material pedagógico desde principios de la década de los noventa. “Cada año añadimos material para inspirar a nuestros miembros que quieren participar y, sobre todo, equiparlos con medios concretos o para proponer material pedagógico a aquellos miembros que han tenido una idea y quieren abordarla”.

En consonancia directa con la campaña Educar por el Planeta

El Movimiento ACTES está en consonancia con la campaña Educar por el Planeta de la Internacional de la Educación.

Bureau explica: “Cada vez más, no nos movilizamos solamente contra el cambio climático. El cambio climático es uno de los componentes de nuestra acción. Más que de cambio climático, creo que vale la pena hablar de crisis ecológica, de la cual el cambio climático es solo un aspecto. Nosotros vamos a trabajar para reducir los residuos, un tema que es muy popular en nuestras escuelas, así como en las cafeterías cero residuos, el compostaje… En mi opinión, todas estas medidas son igual de válidas que las que están específicamente vinculadas a la lucha contra el cambio climático”.

Servicios relacionados con la participación en el Movimiento ACTES

Se han añadido varios servicios nuevos a la oferta de la CSQ con el cambio de nombre.

“Tenemos plataformas en línea que nos permiten ampliar nuestra oferta de servicios. Al mismo tiempo, existe una continuidad muy fuerte: se mantiene los cuatro valores anteriores y nuestros miembros en el terreno continúan trabajando como de costumbre. Continuamos ofreciendo casi todos los servicios que hemos ofrecido hasta ahora y no paramos de añadir nuevos. Así, no es una novedad total, es un movimiento en evolución. Es importante señalar que hay una transición ambiental y social”, precisa el responsable de la CSQ.

Entre los servicios propuestos a los miembros figuran:

  • Una herramienta en línea donde pueden colgar actividades realizadas en su entorno o proyectos pedagógicos, poniéndolos así a disposición de otros establecimientos.
  • Una plataforma de certificación donde pueden inscribirse para presentar gestos destinados a reducir su huella ecológica.
  • Sesiones nacionales donde pueden participar para intercambiar proyectos con otros establecimientos y se ofrece formación.

¿Para qué sirve esta participación en la Red ACTES?

“Cuando estaba en cuarto de primaria, iba a una escuela EVB, donde se me sensibilizó sobre el tema a través del primer conjunto de animación pedagógica de la historia de los EVB, que consistía en: Juntos, reciclamos nuestro planeta. En ese momento me he sensibilizado sobre las cuestiones ambientales, cuando era niño”.

Bureau recuerda que después tuvo la ocasión de trabajar para la CSQ con los jubilados y las jubiladas sobre el tema del medio ambiente, el desarrollo sostenible y la salud humana. Un colega, Jean Robitaille, con quien colaboraba de tanto en tanto, le enseñó antes la red EVB, la cual ya conocía por haber asistido a una escuela EVB.

“Cuando quedó un puesto vacante, quise afrontar el desafío, sobre todo porque justamente el movimiento estaba reinventándose y tenía ganas de participar en el proceso, en esta efervescencia dentro del movimiento”.

La red EVB reúne hasta a 1.500 establecimientos. “En el futuro esperamos superar esta cifra. Nuestro objetivo es que todas las escuelas de Quebec pertenezcan al movimiento ACTES”.

Bureau dice que una de las formas en que la red puede saber si una escuela sigue activa en la red es verificar si, a lo largo de un año, participa al menos en una de las plataformas o una de las actividades ofertadas.

“Si un establecimiento participa en nuestras actividades lo consideramos activo y no necesita rellenar un formulario. Si un establecimiento deja de participar, nos ponemos en contacto con él y hacemos una comprobación: ¿Podemos adaptar mejor nuestros servicios a ellos? ¿Siguen teniendo ganas de ser miembro?”.

Protección y toma en consideración de los derechos del personal de la educación

Concluye que, en la CSQ, el objetivo es realmente ocuparse de brindar apoyo al personal.

“Estamos constantemente en contacto con los docentes y las docentes, el personal profesional y el personal de apoyo educativo. Hemos observado una sobrecarga de trabajo que hace cada vez más difícil que puedan implicarse en las causas que les importan. En calidad de central sindical, estamos preparando un proyecto para el año que viene a través del cual vamos a financiar la liberación sindical para que nuestros afiliados puedan ser reemplazados para poder, durante el horario laboral, realizar proyectos”.

Por otra parte, Doreen Perreault, animadora de vida espiritual y de participación comunitaria del Centro de servicios escolares de la capital, reconoce la contribución importante de la red ACTES, surgida en la sección sindical del sindicato en la provincia de Quebec. “Estamos en el terreno, en concreto en las escuelas, llevando a cabo acciones y por tanto podemos estar en contacto con ellas para tener acceso a una red y a otras escuelas que tienen la misma visión en toda la provincia. Soy, en mi escuela, la persona que moviliza a los jóvenes y hace proyectos con ellos. No obstante, puedo contar con ellos para realizar acciones a una escala más grande que mi municipio”.

¿Por qué es importante actuar para hacer frente al cambio climático mientras que todo el mundo se concentra en la COVID-19? Esta pregunta es muy importante para ella justo en este momento y “debe derivarse de la visión de salud, ya que, para mí, la salud es impensable a largo plazo sin nuestro medio ambiente, es la base. Hay que cambiar nuestra forma de pensar y de ver al ser humano como un ente externo a la naturaleza. Si queremos proteger la salud de la población a largo plazo, en una visión global, en una visión colectiva, es esencial hablar de la protección del medio ambiente y de los cambios climáticos”.

Aumento de la ecoansiedad

Por otro lado, explica que ha experimentado con el alumnado este año un aumento de la ecoansiedad.

“Somos conscientes de que la pandemia, en general, genera ansiedad y problemas de salud mental, a lo que finalmente tenemos que añadir la ecoansiedad. Las soluciones propuestas empeoran la situación desde un punto de vista climático, a nivel de la protección del medio ambiente. Hay un empeoramiento y nos encontramos con alumnos que sufren todavía cuadros de ansiedad más frecuentes. Ahora tenemos que responder por la juventud también”.

“Los alumnos, cuando volvían de clase, sabiendo que debían llevar dos mascarillas desechables por día, escribieron artículos en los periódicos o cartas al ministro porque estaban muy preocupados”, añade.

Lamenta que desde hace años se les sensibiliza sobre las cuestiones ambientales y los cambios climáticos y ahora se les pide de repente que contribuyan a la contaminación. Para estos alumnos no tenía ningún sentido.

Tener en cuenta la naturaleza y su protección a largo plazo

“Para mí esta nueva visión del ser humano y la salud que debe desarrollarse y en la que formamos parte integrante de la naturaleza es esencial. No se puede concebir resolver un problema de salud a corto plaza sin tener en cuenta la naturaleza y su protección a largo plazo”.

Aunque en clase el alumnado aprende sobre el impacto del cambio climático – es obligatorio y está escrito en el plan de estudios aprobado por el ministerio provincial de educación -, Perreault insiste en el hecho de que es necesario actuar y proponer proyectos, ya sea directamente por la escuela o los alumnos acompañados por la escuela, pero señala que esta acción es facultativa completamente y no se observa necesariamente en clase.

“Si un profesor tiene ganas de hacer un proyecto, puede hacerlo. En mi caso, en el cuadro de mi mandato de animadora de vida espiritual y participación comunitaria, esto va a variar de una escuela a otra, los proyectos en los que estoy implicada, pero a menudo la cuestión que se me plantea es un problema que interesa mucho a los alumnos. Por tanto, desarrollo con ellos proyectos donde les involucro, ya sea jardinería, la creación de un espacio colectivo, la movilidad sostenible, entre otras cosas. Es realmente opcional, a discreción del personal que hay y con muy pocos recursos”.

Sin embargo, según Perreault, esta acción, aunque es facultativa, es crucial “porque cuando simplemente decimos que hay un problema, alimentamos las ansiedades e incluso podemos hacer que se muestren totalmente pesimistas ante el futuro. Por consiguiente, es muy importante proponer también una acción, donde pueden aprender cuáles son las soluciones, experimentar con ellas, probar cosas para desarrollar realmente su ‘poder de actuación’ y que estén en condiciones de ser optimistas y retomar las riendas de su destino”.

¿Qué ha motivado este acompañamiento en las escuelas? “Personalmente, soy licenciada en trabajo social, un ámbito donde formulaba bases teóricas del desarrollo del ‘poder de actuación’ con los jóvenes. Y en ese momento surge una perspectiva de acción con una pedagogía donde se ve cuál es el problema, se actúa para solucionarlo y nos unimos a la naturaleza. Por tanto, no se trata de actuar solamente sobre la naturaleza como un objeto, sino de tomar en consideración que formamos parte de ella para nosotros mismos tomar consciencia como recursos y estar en contacto con la naturaleza. Por este motivo hago esta labor, para continuar viviendo esta experiencia con los jóvenes y desarrollándola”.

Después de sus estudios, integró el movimiento ACTES “porque evidentemente, con estos antecedentes y queriendo hacer proyectos como este con los alumnos, este movimiento constituía un recurso disponible para todas las escuelas de la provincia de Quebec. Te puedes afiliar para ponerte en contacto con otros miembros, recibir apoyo y contar con herramientas y proyectos propuestos por el movimiento. Por tanto, resultaba natural afiliarse”.

Está afiliada a la CSQ, algo que “es necesario; como estoy afiliada a la CSQ el sindicato ofrece el movimiento ACTES como recurso”.

El animador o la animadora CSQ/movimiento ACTES, un “instrumento” para el alumnado

Como animadora, dice que su mandato consiste en “acompañar a los alumnos – entre 12 y 16 años – con lo que les motive. Simplemente los escucho, un instrumento para los alumnos que vienen a verme. Canalizo su energía, les ayudo a organizarse y a ponerse en contacto para realizar sus proyectos”.

A continuación, da un ejemplo de acción que ha podido apoyar. Un alumno fue a buscarla, inspirado por el concepto de Fridays For Future – un movimiento internacional de jóvenes que dejan su centro escolar, normalmente los viernes o a veces los jueves, para participar en manifestaciones a favor de la lucha contra el calentamiento climático –; va una vez a la semana al Parlamento provincial al terminar las clases, con su cartel, solo, para recordar a los dirigentes que guarden la coherencia entre los discursos y los actos, tanto nivel local como provincial.

“Entonces, este alumno viene a verme y me dice: ‘Me gustaría que hubiera otros alumnos y personas que vengan a manifestarse conmigo’. Quería ayudarle a organizarlo en muy poco tiempo, pero es evidente que, como agente local en una pequeña escuela, mi red no era demasiado amplia. Entonces me puse en contacto con el movimiento ACTES, que podía pedir ayuda a otros socios. Finalmente, cuando llegamos con los alumnos al Parlamento, ya había muchas personas que nos esperaban para manifestarse”.

Recuerda que para el alumno fue un momento muy importante. “Le he ayudado a que tuviera alcance, pero el movimiento ACTES nos ayuda todavía más a que vayamos a buscar una voz, a unirnos a gente. Sentir la fuerza de la unión es lo que va a ayudar a los alumnos, lo que va a animarlos a decir: ¡sí, hagamos proyectos en ese sentido! ¡ Sí, tu reivindicación es legítima, continuemos!”.

Acceso a financiación a través del movimiento ACTES

Perreault recuerda también que el movimiento ACTES está vinculado a la Fundación Monique-Fitz-Back, que financia iniciativas en las escuelas.

“Para tener derecho a la financiación de la Fundación Monique-Fitz-Back, normalmente hay que ser miembro del movimiento ACTES, por lo que es interesante tenerlos al corriente y darse a conocer para tener acceso también a esta financiación. Es un verdadero desafío porque para hacer cosas concretas hay que tener dinero. Si quiero instalar un sostén para bicicletas en la escuela, contar con jardineros… todo eso cuesta dinero. Así, estar afiliado al movimiento ACTES nos permite acceder a la financiación de esta fundación, la cual nos facilita los medios para alcanzar nuestras ambiciones”.

Plantar la semilla de los futuros dirigentes

Asimismo, asegura que realizar estas actividades centradas en la preservación del planeta y el cambio climático ayuda a plantar la semilla de los futuros dirigentes.

Si bien admite que las actividades realizadas con los alumnos, “no van a cambiar necesariamente las orientaciones políticas de forma drástica”, explica que “sí que las validan y les dan peso. Y si, ahora, tienen peso y se encuentran en el diálogo, como ciudadanos, más adelante su poder continuará creciendo.

Concluye: “Yo quiero a estos jóvenes como nuestros futuros dirigentes, así que me complace ayudarles a crecer antes de que lo hagan más tarde”.

¿Consejos de estos dos activistas de Quebec de la Red Clima creada en 2021 por la Internacional de la Educación?

Incluir la educación sobre el cambio climático en el programa de formación de la Escuela de Quebec

Según Tommy Bureau, sus miembros deberían ser capaces de encontrar tiempo, durante sus horas de trabajo, para formarse para poder integrar estas actividades de forma armoniosa en el programa de formación decidido por sus autoridades públicas.

“Es un gran desafío para nosotros porque a menudo los docentes y las docentes tienen un programa y simplemente carecen de las horas necesarias para presentar el programa; la educación sobre el cambio climático, por desgracia, no representa una parte importante del programa de formación de la Escuela de Quebec”.

Así, para formar mejor a los educadores hacen falta dos cosas:

  1. Que puedan tomarse tiempo.
  2. Que comprendan cómo les va a permitir ejecutar su programa porque se les paga para ello.

Para ello hay que examinar el programa de formación de la Escuela de Quebec y encontrar ejemplos, actividades que se integren en este programa de formación pero que están relacionadas con los retos que plantea el cambio climático o la crisis ecológica. Y es posible: sabemos que podemos hablar del cambio climático en matemáticas, en francés, en geografía y en historia”.

“Es un buen desafío”, insiste, “porque hemos constatado en las últimas décadas que las personas que tomaban nuestras actividades y las realizaban eran las más motivadas, las que a menudo dedicaban muchas horas de trabajo fuera de sus horarios de trabajo ‘normales’. Por otra parte, el personal regular tenía dificultades para integrar todo esto porque no estaba bien integrado en el programa de formación de la Escuela de Quebec”.

Atreverse

Doreen Perreault destaca que su mensaje “es atreverse. Pienso que nos encontramos en un momento propicio para atrevernos a llevar a cabo acciones, a hacer gestos concretos y a aliarse, así como a no tener miedo a molestar porque creo que existe consenso en torno a la idea, el problema”.

Aunque reconoce que la ejecución de las actividades relacionadas con el cambio climático es difícil, porque a menudo implica salir de su zona de confort, cambiar los hábitos de vida, Perreault destaca el hecho de que “cada vez que ponemos en marcha iniciativas la gente nos anima mucho, por lo que me digo que no soy claramente la única que siente esto en estos momentos y que es el momento oportuno, que la gente necesita dirigentes que adopten medidas concretas. Hay que atreverse y tener confianza en este momento”.