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Burundi: Los docentes y las docentes sindicalistas mejoran sus competencias en materia de diálogo social

publicado 21 febrero 2022 actualizado 3 marzo 2022

Gracias a un programa de desarrollo de capacidades financiado por la Internacional de la Educación, el Syndicat des Travailleurs de l’Enseignement du Burundi (STEB) ha podido organizar, en las diferentes provincias del país, una serie de formaciones sobre el diálogo social.

El sindicato se esfuerza por realizar sus actividades y encontrar un espacio donde llevar a cabo la labor sindical. Como explica el presidente del STEB, Rémy Nsengiyumva, su sindicato solicitó a la Internacional de la Educación actividades de formación sobre el diálogo social.

Esta solicitud se presentó a raíz de la celebración del congreso nacional del STEB en septiembre de 2021, donde se renovaron los equipos directivos a nivel nacional y local. Así, según destaca el dirigente del STEB, se identificó la necesidad de proporcionar formación sobre el diálogo social a los equipos directivos de afiliados y afiliadas.

La formación sobre el diálogo social forma parte de la estrategia sindical de movilización y sindicalización

Nsengiyumva insiste también en que el “Plan estratégico del STEB para el periodo 2021-2026” define la movilización y la sindicalización en particular como acciones prioritarias para el sindicato, e insta al sindicato a realizar actividades destinadas a:

  1. Organizar las campañas de contratación de miembros.
  2. Formar los comités de planificación y gestión.
  3. Reforzar las capacidades de los comités de base y municipales en materia de sindicalización y movilización.
  4. Elaborar una estrategia para la buena gestión de los recursos del sindicato.
  5. Formular una estrategia de gestión y conservación de miembros.
  6. Reforzar la alianza de colaboración existente y buscar otros acuerdos.
  7. Aprovechar las situaciones informales para poner de relieve las ventajas y los logros del STEB.

Esta formación de un día reúne a una veintena de personas en cada provincia y se apoya en un documento de formación de unas treinta páginas bien estructurado y basado en la experiencia de sus autores y autoras.

Este documento reconoce en concreto que “el docente, al igual que su representante sindical, sufre los efectos del entorno social (familia y entidades territoriales, administrativas y políticas) y del entorno de trabajo (escuela y otros sectores de actividad, como la salud, la función pública, las sociedades paraestatales y el sector privado), los cuales influyen sobre él, y que él mismo debe ejercer su influencia para que las decisiones que se tomen estén en consonancia con los principios de derechos humanos y las normas [mencionadas en el documento]”.

La fuerza de un sindicato reside en su capacidad de interactuar con todos sus socios

El documento añade que “uno de los criterios de evaluación de la fuerza de un sindicato es su capacidad de interactuar con todos sus socios, pero también con el número de decisiones políticas de las que dispone”, y otorga a los sindicatos el papel de:

  • Luchar por los derechos de los trabajadores y las trabajadoras.
  • Luchar por la mejora de las condiciones de trabajo de los trabajadores y las trabajadoras.
  • Luchar por una remuneración suficiente.
  • Formar a los trabajadores y las trabajadoras sobre sus derechos.
  • Formar a los trabajadores y las trabajadoras sobre la comunicación no violenta.
  • Formar sobre técnicas de negociación.
  • Sensibilizar a los docentes y las docentes sobre el concepto de la gestión de conflictos.

Los participantes y las participantes en esta formación destinada a ayudar al profesorado a dialogar mejor o a habilitar espacios de diálogo también pudieron compartir sus preocupaciones: efectivos sobrecargados en las clases, salud y seguridad en el trabajo, política salarial, cambios de programas escolares, etc.

A continuación, se les invitó a hacer presentaciones en sus municipios y sus escuelas. Cada uno de ellos y ellas debe poder participar en su ámbito y llevar a la práctica una parte de la formación.

Para Nsengiyumva, es evidente que la cultura de diálogo social es útil a todos los niveles: escuela, ministerio, provincia.

Asimismo, esta formación sobre el diálogo social mantiene el vínculo entre los niveles nacional y local, hace la comunicación más fluida y fomenta una mejor comprensión entre las partes, motiva a los afiliados y las afiliadas locales, los anima a involucrarse en el sindicato a nivel local y a tratar de aumentar la sindicalización.

Además, los sindicalistas del STEB tienen diferentes grupos de WhatsApp, en los que participan los miembros del comité ejecutivo nacional y los responsables provinciales, para hablar sobre el diálogo social.

Según Nsengiyumva, hace falta un seguimiento, en particular a través de una sesión anual de los comités nacionales, para hacer balance de lo que se ha hecho en relación con la actividad del diálogo social.

También menciona los consejos provinciales de la educación, con responsables administrativos, responsables sindicales, padres y religiosos, donde se abordan cuestiones relacionadas con las normas del trabajo, el material didáctico, los efectivos, etc.

Nsengiyumva asegura que dentro de poco se crearán consejos municipales de diálogo social.

Complementariedad entre los diferentes proyectos sindicales internacionales de cooperación al desarrollo

Nsengiyumva también destaca que esta formación, financiada con fondos recibidos de sindicatos de docentes de todo el mundo, complementa a otros proyectos de cooperación al desarrollo organizados bajo la dirección de la Internacional de la Educación.

El presidente del STEB cita, en particular, el proyecto sobre el trabajo infantil, “que contribuye a dar una buena imagen al sindicato”; el proyecto financiado con la ayuda del Syndicat National des Enseignements de Second Degré – Fédération Syndicale Unitaire de Francia sobre los problemas de salud y seguridad en el trabajo, y el que apoyó el Sindicato Danés de Docentes (DLF, por su siglas en danés) sobre la sindicalización y la captación de afiliados.