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Día de los Derechos Humanos: Los sindicatos de la educación se movilizan en defensa de los derechos humanos en todo el mundo

publicado 8 diciembre 2022 actualizado 23 enero 2023

Al celebrarse mundialmente los 74 años de la aprobación en la Asamblea General de las Naciones Unidas de la Declaración Universal de los Derechos Humanos, la lucha por la dignidad, la libertad y la justicia para todos y todas continúa. Los sindicatos lideran esta batalla mundial, trabajando unidos en todos los continentes, por encima de las fronteras, para hacer realidad el principio fundamental de la dignidad humana.

A pesar de los avances logrados en las últimas décadas, las crisis simultáneas a las que el mundo se enfrenta hoy, amenazan con hacernos retroceder decenios en la lucha por los derechos humanos. La crisis climática, la pandemia, las guerras, el ascenso del autoritarismo y la crisis del coste de la vida están remodelando la realidad que conocemos.

Millones de niñas, niños y jóvenes ven peligrar un derecho tan fundamental y necesario como es el derecho a la educación, un riesgo que podría cambiar su vida y sus comunidades para siempre. Las cifras son alarmantes. Para 2021, había más 244 millones de niños y niñas sin escolarizar en todo el mundo. Aunque el número de menores excluidos del sistema educativo ha venido reduciéndose en la mayor parte del planeta, en el África subsahariana está aumentando debido a las múltiples crisis interrelacionadas que golpean la región.

Los sindicatos de la educación luchan tanto por los derechos del profesorado como por el derecho de su alumnado a la educación. El movimiento sindical mundial se ha alzado como un firme defensor del objetivo de desarrollo sostenible 4 —una educación inclusiva, equitativa y de calidad para todos y todas— y trabaja para asegurar que cada estudiante cuente con docentes que tengan el apoyo y la cualificación necesarias.

Sin embargo, los derechos de la clase trabajadora, incluidos los del profesorado, también están siendo vulnerados. La Declaración Universal de los Derechos Humanos es muy clara al respecto: toda persona tiene derecho a condiciones de trabajo justas y favorables, y a la protección contra el desempleo. Toda persona tiene derecho a igual salario por un trabajo igual. Toda persona tiene derecho a una remuneración justa y favorable. Y toda persona tiene derecho a fundar sindicatos y a sindicarse para la defensa de sus intereses.

Los derechos sindicales forman parte de los derechos humanos y son esenciales para la democracia. Los sindicatos, el diálogo social y la negociación colectiva son las herramientas con las que la clase trabajadora reclama justicia, logra que se reconozca su dignidad y avanza partiendo de los intereses colectivos. Los derechos sindicales también son un instrumento clave para conseguir sociedades más justas y equitativas basadas en la justicia social y económica. En el caso de la educación, los sindicatos permiten al personal educativo defender otro derecho fundamental: el derecho a la educación.

Incluso en muchos de los países democráticos en los que no se está produciendo una deriva autoritaria, se está reduciendo el espacio que ocupan la organización y la negociación sindical. Esta situación incluye, por ejemplo, la limitación del derecho a la huelga, la restricción del alcance de los convenios colectivos o la existencia de contratos inseguros y otras condiciones de trabajo precarias que afectan a millones de personas.

Para apoyar a los sindicatos educativos de todo el mundo en su defensa de los derechos de sus afiliadas y afiliados, la Internacional de la Educación ha creado un Manual práctico de derechos sindicales. El objetivo de este manual es facilitar a los sindicatos de la educación las herramientas necesarias para denunciar violaciones de sus derechos y defender esas reclamaciones en base a los derechos fundamentales de la comunidad internacional.

El manual aporta una guía práctica sobre el proceso que pueden seguir los sindicatos para representar al personal educativo, y formular quejas ante órganos internacionales y regionales cuando los Estados intentan impedir su trabajo de representación sindical, lo que supone una violación de sus derechos. El documento recoge información básica sobre los derechos de los afiliados y las afiliadas; los mecanismos regionales e internacionales disponibles para presionar a los Estados y garantizar el ejercicio de esos derechos; y la función de la Internacional de la Educación como entidad que apoya las acciones de sus organizaciones miembro y lidera la lucha internacional por los derechos del personal docente.

Mediante este manual y con cada aspecto de nuestro trabajo, seguimos defendiendo e impulsando el derecho a la educación, el derecho a un trabajo digno y los derechos humanos en su conjunto. El movimiento sindical internacional de la educación se solidariza con todas las personas activistas de los derechos humanos, quienes trabajan para que los compromisos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos se materialicen para todas las personas, en todo el mundo.