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El presidente del Kurdistan Teachers’ Union (KTU), Abdalwahed Mohammad Haje, ha instado a las autoridades a modificar el formato y las preguntas del examen para obtener el certificado de bachillerato preparatorio que da acceso a los estudios de educación superior. Se pretende así evitar que se hagan trampas y garantizar una mayor igualdad entre el estudiantado.

Haje ha señalado que “han surgido numerosos problemas a raíz de los exámenes ministeriales del último curso de bachillerato (final de educación secundaria) en todos los países y algunos de ellos han adoptado medidas drásticas para garantizar el aprobado”.

El presidente del KTU, Abdalwahed Mohammad Haje

Según él, hay muchos métodos, en ocasiones sorprendentes, de hacer trampa en estos exámenes, y considera importante señalar que la mayoría de los países están dejando de organizar estas pruebas ministeriales y están optando por llevar a cabo exámenes periódicos al alumnado, dejando así en manos de las instituciones de educación superior y las universidades la resolución del problema.

Esta cuestión, ha explicado, se encuentra en manos de los colegas y las universidades ya que, en el futuro, el alumnado será admitido únicamente en función de sus aptitudes y capacidades y no de sus titulaciones, como ocurre actualmente. “Hay muchos grupos y organizaciones activos en otros países que conceden certificados a estudiantes solo por participar en sus programas de la mejor manera que pueden”, ha explicado.

En su opinión, es fundamental tener en cuenta que el sistema de exámenes de Irak, en general, y de la región del Kurdistán, en particular, plantea toda una serie de problemas, desde las trampas hasta el planteamiento erróneo de las preguntas.

Si bien ha reconocido que el desarrollo de los exámenes ha sido mejor este año que en ocasiones anteriores, Haje también ha señalado que aún quedan cuestiones fundamentales por tratar en relación con el procedimiento de examen, por ejemplo:

1. El sistema actual no es aceptable porque genera un número muy alto de graduados que el mercado laboral no necesita. “No los van a contratar en ninguna parte. Hablamos de un problema importante que solo puede resolverse con el tiempo”, advirtió.
2. Contar con un único tipo de pregunta para todo el estudiantado es injusto “porque no todos presentan el mismo nivel de comprensión ni de inteligencia. Por tanto, se debe tener en cuenta la aptitud individual”.
3. Independientemente del nivel de conocimientos científicos o técnicos, todo el proceso está diseñado con el fin de obtener evaluaciones excelentes y calificaciones altas.
4. Haje opina que “este procedimiento de examen es una forma de marketing” que fomenta la comercialización de muchas herramientas para hacer trampas, el enriquecimiento de un gran número de centros educativos y docentes privados y la publicación de numerosos manuales.
5. Dada la comercialización del proceso y la exacerbación del problema, las familias del estudiantado de este nivel se encuentran en una situación compleja y bajo presión económica para garantizar el éxito de sus hijos e hijas.

El líder del KTU ha añadido que: “Debemos ser conscientes de que la tecnología ha evolucionado y ahora ofrece una amplia variedad de aplicaciones. Por eso, debemos recordar que cada vez habrá más formas de hacer trampas y plantearnos lo antes posible un conjunto de estrategias para combatirlas”.

El KTU también está a favor de la inclusión de preguntas con respuesta múltiple, así como definiciones, ejercicios de redacción y vocabulario, en el examen nacional, ya que “será el método más efectivo para plantear preguntas dado que los niveles de conocimiento entre el estudiantado son diferentes”.

También ha recordado que algunos estudios científicos han llegado a estas conclusiones:

1. El 65 % del estudiantado prefiere el aprendizaje visual y las preguntas que incluyen dibujos, fotos, mapas y gráficos, así como las preguntas sobre historia.
2. Un tercio del alumnado (el 35 %) prefiere aprender escuchando y agradece los exámenes tanto escritos como orales.
3. Un 10 % del alumnado prefiere un enfoque kinestésico y le interesa saber cómo los movimientos corporales pueden contribuir a consolidar el aprendizaje. Además, les gustan las preguntas con formato de definiciones cortas, completar tareas y las respuestas múltiples. Este es el caso del alumnado de estudios literarios y científicos.

“Esperamos que nuestras recomendaciones cuenten con una buena acogida para mejorar el proceso educativo y, por supuesto, para asegurarnos de que cualquier debilidad en este aspecto se identifique y corrija”, ha concluido Haje.