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Reforzar los sindicatos educativos, una prioridad clave en América Latina

publicado 24 abril 2023 actualizado 27 abril 2023

Cooperación y solidaridad, el Movimiento Pedagógico, las trabajadoras del sector de la educación y su red de apoyo... Todas estas iniciativas destinadas a fortalecer los sindicatos educativos fueron debatidas durante el Café de Cooperación al Desarrollo que la Internacional de la Educación (IE) dedicó a la región latinoamericana.

Un contexto económico y político complejo en la región

“América Latina se encuentra actualmente en una situación muy compleja”, explicó Combertty Rodríguez, director de la oficina de la Internacional de la Educación (EILA) para América Latina.

“En casi todos los países de América Latina —también del mundo—, existen sectores muy tradicionales, conservadores y de derechas que están uniendo sus fuerzas para movilizarse”, continuaba contando Rodríguez. Afortunadamente, tras las fuertes movilizaciones por parte del movimiento sindical que ocurrieron entre 2000 y 2015, surgió un movimiento conjunto desde los gobiernos progresistas que se interesó por diseñar políticas públicas y sociales en toda América Latina. “Este se extendió también a la educación pública”, relata Rodríguez.

“Lamentablemente”, añadía, “las fuerzas neoliberales reaccionaron negativamente a este movimiento porque querían asegurarse el poder en sus manos. Es decir, ellas también necesitaban movilizar a la población para poder llegar al gobierno y hacer que se replanteara todas las decisiones y cambios que se habían producido”.

En cuanto a la creciente privatización y mercantilización de la educación en América Latina, Rodríguez insiste en que “no podemos decir que se deba a la pandemia de la COVID-19. Es algo que viene ocurriendo en toda América Latina desde hace años”.

“La pandemia”, recalcó Rodríguez, “solo contribuyó a acelerar la hoja de ruta que ya habían puesto en marcha los gobiernos siguiendo las indicaciones del Banco Mundial, el Banco Interamericano de Desarrollo y la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos. Fue en la pandemia cuando las plataformas educativas, la formación en línea y la privatización de la educación incrementaron”.

Rodríguez lamentó, además, que los gobiernos progresistas —como el de Argentina, Bolivia, Brasil, Chile, Colombia y Honduras, por ejemplo— siguen sin poder hacer lo que quieren con sus políticas públicas (también en el sector de la educación pública) porque sus decisiones están limitadas por poderes legislativos mayoritariamente conservadores. Según él, “aunque haya partidos progresistas en el poder, estos no tienen margen de maniobra para hacer lo que quieren porque gobiernan en coalición, no estamos hablando de gobiernos de un solo partido político”.

“De hecho, en muchos países de América Latina, los sindicatos educativos todavía están luchando por poner fin a la violación de derechos básicos, como el derecho a sindicarse”, subrayaba el director del EILA.

“Debemos mostrar proactividad y, para influir en las políticas públicas, tenemos que hacer propuestas en el sector de la educación pública. Debemos ver cómo podemos cambiar la situación en el contexto al que nos enfrentamos hoy”, reconoció Rodríguez.

Iniciativas que fomenten la cooperación y solidaridad

Sobre la cooperación al desarrollo y la solidaridad en concreto, Rodríguez explicó que “como oficina regional, hemos estado tratando de ver cómo desarrollar nuestros distintos proyectos y eso nos ha hecho crear un comité interinstitucional. Desde hace muchos años en América Latina —unos 25—, aplicamos un enfoque de cooperación bilateral. Trabajamos todas y todos conjuntamente. Las distintas socias y socios están proporcionando sus recursos, sabemos cuántos fondos estamos aportando y para qué los estamos utilizando”.

“En América Latina existen diferentes proyectos de cooperación al desarrollo y solidaridad”, recordó Rodríguez:

  • El Movimiento Pedagógico. Rodríguez resaltó que en América Latina es fundamental contar con este movimiento pedagógico. “Hay que determinar las políticas públicas en colaboración con los sindicatos, con los grupos educativos y con las escuelas”, dijo. De hecho, el Comité Regional del EILA insistió en que las distintas organizaciones deben definir las políticas junto con sus diferentes comunidades.
  • Redes de mujeres. “Uno de los principales aspectos del movimiento”, añadió Rodríguez, “es la idea de que tenemos que organizar a las mujeres dentro de los sindicatos, una medida crucial. En el sector de la educación, el 70-80 % de los agentes sociales son mujeres. ¡Tienen que participar en todas las dinámicas!”.
  • Actividades que incluyan a los pueblos indígenas. Para Rodríguez, “en América Latina es crucial incluir también a todas las poblaciones indígenas. Tenemos personas indígenas representadas de forma diferente en todas partes. Muy a menudo, en las zonas rurales no están debidamente incluidas. En las zonas urbanas, de hecho, están completamente excluidas de todas las políticas. En las políticas públicas de la mayoría de estos países, las poblaciones indígenas nunca son prioridad. Se las suele olvidar”. Rodríguez también destacó que “estas poblaciones tienen otra forma de ver el mundo y la educación. Es muy importante tenerlo en cuenta para poder crear algo conjuntamente”.
  • Observatorio Latinoamericano de Políticas Educativas (OLPE). El OLPE es una iniciativa lanzada por el Comité Regional del EILA que registra las políticas educativas de la región latinoamericana. Su objetivo es alertar sobre aquellas tendencias que pretenden debilitar la educación pública y promover procesos de privatización en el sector educativo de América Latina. Según Rodríguez, el OLPE tiene también otro propósito: se centra en la investigación y seguimiento de las políticas educativas. El director del EILA mencionó, además, que el OLPE cuenta con el apoyo de varias organizaciones miembros de la Internacional de la Educación: Sveriges Lärare (Suecia), Utdanningsforbundet (Noruega) y el Syndicat National des Enseignements de Second Degré-Fédération Syndicale Unitaire (Francia).

“La estructura administrativa de la IE de América Latina, la oficina regional del EILA y su estructura política y el Comité Regional del EILA tienen el mandato de continuar y desarrollar la cooperación que mantenemos con todos los demás países”, concluyó.

Red de trabajadoras del sector de la educación en América Latina

Al presentar la RED de Trabajadoras de la Educación en América Latina, Gabriela Sancho, coordinadora del EILA, explicó que la IE lleva promoviendo el papel de las mujeres en los sindicatos desde sus inicios en 2005.

“Al principio, solo había entre 5 y 9 mujeres”, recuerda Sancho. “Ahora, en la última reunión que tuvimos, éramos más de 700 mujeres de todos los países de América Latina. Siempre que hemos podido reunirnos en persona, hemos contado con más de 300 asistentes, tanto hombres como mujeres”.

“Se trata de una red muy política que tiene en cuenta todos y cada uno de los aspectos del mundo de la mujer y que intenta adoptar siempre un enfoque realista basado en el sindicalismo y en las distintas experiencias que vivimos en las escuelas e instituciones educativas de cada uno de nuestros países”, recalcó Sancho.

“Uno de los principales temas en los que hemos estado trabajando”, apuntó, “es la introducción de políticas de igualdad en las organizaciones que representamos. Creemos que cuando la representación de las mujeres en los sindicatos está equilibrada, estas son más fuertes a la hora de defender sus intereses fuera de ellos. Por ello, analizamos qué papel tienen los sindicatos para las mujeres y cómo se las puede ayudar a abordar sus problemas laborales y domésticos desde allí”.

Sancho también fue tajante al afirmar que “si queremos alcanzar nuestros objetivos, la voluntad política es crucial, porque la mayoría de los comités a los que nos dirigimos en nuestro trabajo diario están compuestos por hombres”.

“Ahora nos estamos centrando en la violencia de género y en cómo podemos ayudar a las mujeres tanto en casa como en el trabajo. Lo hacemos también en el ámbito político, donde también hemos detectado casos de violencia y acoso contra las mujeres”, añadió Sancho. “Lo primero que hemos hecho ha sido dibujar un mapa con todos los casos de violencia, acoso y situaciones de vulnerabilidad a las que se enfrentan las mujeres para ver cómo podemos reaccionar desde la perspectiva sindical”, explicaba la coordinadora.

Al igual que Rodríguez, Sancho coincidió en que la investigación es crucial y debe tener en cuenta la mujer y el género. También recordó que “durante la pandemia, la oficina del EILA publicó sus investigaciones en el documento Sostener el futuro: educar y cuidar sin recursos ni apoyo.

“Si queremos tener argumentos suficientes para defender y explicar las conclusiones a las que llegamos en nuestro documento, podemos utilizar datos de la ONU, de la OCDE y de otras organizaciones, pero lo realmente importante para nosotras es poder disponer de nuestros propios datos, de nuestros propios recursos”, añadía Sancho.

“Reunirse es fundamental”, señalaba también. “Tras dos años de pandemia, por fin pudimos reunirnos en Recife (Brasil) y fue increíble. Tener a tantas mujeres reunidas compartiendo tantas experiencias en directo supuso un gran impulso para nuestra red. Es algo que seguiremos promoviendo en el futuro”, concluía.

“La comunicación también es importante”, seguía Sancho. “Tenemos una estrategia muy clara que también va dirigida a las mujeres. Su principal objetivo es poner de relieve las necesidades de las mujeres, así como los distintos obstáculos y retos a los que se enfrentan”.

Sancho también puso el ejemplo de la oficina del EILA, que se unió a la campaña para la adopción del Convenio 190 de la Organización Internacional del Trabajo “porque es uno de los principales objetivos de nuestro trabajo”. “Creemos que es crucial que los sindicatos sepan que este convenio existe, pero también que se aseguren de que los gobiernos lo ratifican y lo respetan”, puntualizaba.

“En su estrategia de comunicación, esta red de mujeres también cuenta con distintos pódcast, publicaciones con información y gráficos y eventos liderados por mujeres sobre feminismo local, perspectiva de género y ecofeminismo”, añadió Sancho.

Asimismo, la coordinadora del EILA informó de que la RED está creando un observatorio de género para las trabajadoras y trabajadores. Se trata de una iniciativa única en su clase, ya que está compuesto por personas de los sindicatos y su profesorado afiliado.

Otra parte del trabajo de esta red es su revista. En 2022, su número principal giró en torno del Convenio 190 de la OIT, “pero tenemos otra sección para debates, diversidad y asuntos LGTBI”, insistió Sancho. La próxima edición de esta revista se publicará durante el primer semestre de este año.