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Mundos de la Educación

Photo: Simone D. McCourtie / World Bank
Photo: Simone D. McCourtie / World Bank

Materializar las ambiciones de la formación de aprendices

publicado 1 junio 2023 actualizado 1 junio 2023
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En la próxima Conferencia Internacional del Trabajo (5-16 de junio de 2023), la Organización Internacional del Trabajo llevará a cabo un debate sobre los términos de una nueva norma internacional que podría suponer un avance importante en la mejora y el desarrollo de los sistemas nacionales de aprendizaje.

La Organización Internacional del Trabajo (OIT) lleva muchos años promoviendo los beneficios de los programas de aprendizaje de alta calidad, centrándose en su capacidad para facilitar la transición de la educación al empleo, adecuar la oferta de cualificaciones a las necesidades de un mercado laboral en constante cambio y fomentar la productividad y las empresas sostenibles.

Sin embargo, el conjunto de normas laborales de la OIT no ha evolucionado al mismo ritmo, por lo que este mes, un Comité tripartito de la Conferencia integrado por sindicatos, organizaciones de empleadores y gobiernos, llevará a cabo el segundo y último debate con el fin de adoptar una Recomendación que establezca un marco para los sistemas nacionales.

"Revitalizar y mejorar los sistemas nacionales de aprendizaje no solo ayudará a los gobiernos a reforzar su oferta para los jóvenes y no tan jóvenes, sino también a ampliar la base de conocimientos y competencias y a contribuir a un futuro laboral justo, inclusivo y seguro que brinde mejores oportunidades de empleo para todos y todas".

El Grupo de Trabajadores de la OIT considera se trata de una oportunidad para que la Recomendación refleje nuestra visión de una educación y formación de alta calidad, debidamente planificadas y dotadas de recursos en la ocupación elegida por la persona aprendiz. Ello requiere garantizar la seguridad y la protección de los y las aprendices en su proceso de aprendizaje y en su trabajo, y que la vía elegida les brinde oportunidades. Esta visión se centra en el ser humano y contempla tanto la consecución de ambiciones como la adquisición de competencias. A nuestros oídos han llegado casos alarmantes de una clara explotación de aprendices, con jornadas laborales escandalosas, salarios bajos, tareas insignificantes, falta de supervisión y negación de apoyo sindical. Algunas personas aprendices se quejan de que apenas reciben formación fuera del puesto de trabajo y de la falta de apoyo para desarrollar sus habilidades. Los programas de subvenciones públicas pueden dar lugar a abusos como, por ejemplo, hacer contratos de "aprendiz" a ciertos empleados y que sigan desempeñando el mismo trabajo por un salario inferior. Las subvenciones escalonadas pueden generar un ciclo de despidos y nuevas contrataciones de aprendices cuando finaliza el periodo de mayor subvención.

"Es esencial que la Recomendación reafirme el consenso internacional de que los y las aprendices no pueden utilizarse como mano de obra barata".

El componente fundamental del marco será un organismo público central en el que los interlocutores sociales estarán representados en todos los niveles con el fin de establecer normas rigurosas que fomenten las buenas prácticas y eliminen las deficientes. Dicho organismo determinará si una ocupación es adecuada para los programas de aprendizaje y establecerá su formato y los planes de estudio, en estrecha colaboración con otros organismos para garantizar un sistema integrado.

Para los sindicatos es fundamental que la Recomendación reafirme el consenso internacional de que los y las aprendices no pueden utilizarse como mano de obra barata. Por supuesto, los empleadores de acogida deben respetar todos los derechos fundamentales en el trabajo y garantizar que los y las aprendices trabajen en un entorno laboral seguro y saludable, libre de discriminación, que puedan afiliarse a un sindicato y negociar colectivamente y estén protegidos contra cualquier forma de trabajo forzado y trabajo infantil. Las personas aprendices deben recibir prestaciones equiparables a las de los trabajadores y trabajadoras regulares: una jornada laboral que respete límites establecidos, tiempo de estudio, baja por enfermedad remunerada, vacaciones y otros permisos, así como acceso a las prestaciones de protección social. Además, es fundamental que haya una garantía exigible de salario adecuado, dado que de lo contrario solo se sentirán atraídas las pocas personas afortunadas que puedan permitirse mantenerse a sí mismas. Todos los detalles deben quedar reflejados en un acuerdo escrito con un lenguaje claro que establezca la duración del programa de aprendizaje, la forma de supervisión y acompañamiento y los lugares donde trabajarán las personas aprendices.

El éxito de la aplicación de la Recomendación dependerá de que se disponga de una educación de alta calidad. Para ello, los sistemas públicos nacionales de educación y formación técnica y profesional (EFTP) deben estar bien dotados de recursos y ofrecer formaciones bien planificadas e impartidas por profesionales con adecuada cualificación. La formación fuera del puesto de trabajo debe ser más amplia que las competencias necesarias para la ocupación elegida, pues debe fomentar el desarrollo personal y educativo. Los programas de formación de aprendices deben estar al alcance de aquellas personas se hayan sentido defraudadas u obligadas a abandonar la educación secundaria, y deben ofrecerles una vía factible para seguir formándose y adquiriendo competencias. Al superar un programa de formación de aprendices se debería obtener un certificado reconocido y transferible que abra las puertas a otras oportunidades de educación y empleo.

Materializar esta visión de la formación de aprendices planteará un desafío, y en algunos programas será más complicado alcanzar las aspiraciones. Aunque en algunos países los programas formales de aprendices son una tradición bien establecida, en otros suelen ser "programas informales" que brindan a los aprendices la oportunidad de acompañar a profesionales expertos y experimentados para aprender de ellos y dominar una habilidad. En este tipo de programas de aprendizaje informales, el periodo de formación puede no ser remunerado, puede no haber ningún aprendizaje más allá de las habilidades específicas del oficio, y es poco probable que exista una regulación externa y formal de la relación. Con el fin de lograr una amplia relevancia, la Recomendación deberá proporcionar un modelo que ayude a los gobiernos a reforzar las estructuras legales, reglamentarias y educativas, en consonancia con nuestra visión de un sistema bien dotado de recursos y regulado. Debemos apoyar a los trabajadores y trabajadoras de la economía informal en su transición hacia la formalidad, con el objetivo de mejorar sus condiciones laborales y sus oportunidades de vida.

Si el debate de junio es satisfactorio, la Recomendación establecerá un marco claro que los gobiernos deberán implementar en colaboración con los interlocutores sociales. Para los sindicatos involucrados, el éxito de la Recomendación se medirá en las mejoras que genere en los programas de aprendizaje y en la calidad de vida en el trabajo. No obstante, estamos convencidos de que una Recomendación sólida también beneficiará a gobiernos y empleadores. Revitalizar y mejorar los sistemas nacionales de aprendizaje no solo ayudará a los gobiernos a reforzar su oferta para personas jóvenes y no tan jóvenes, sino también a ampliar la base de conocimientos y competencias y a contribuir a un futuro laboral justo, inclusivo y seguro que brinde mejores oportunidades de empleo para todos y todas.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.