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Internacional de la educación
Internacional de la educación

Se destaca la necesidad de disponer de unos entornos de calidad para la enseñanza y el aprendizaje

publicado 23 julio 2015 actualizado 24 julio 2015

La importancia y los beneficios de disponer de unos entornos de calidad para la enseñanza y el aprendizaje fueron puestos de relieve el 23 de julio por los delegados durante el 7° Congreso Mundial de la Internacional de la Educación que se celebra en Ottawa, Canadá.

En representación del Consejo Ejecutivo, Marième Sakho Dansokho, SYPROS, Senegal, propuso la resolución (1.2) sobre la necesidad de unos entornos de calidad para la enseñanza y el aprendizaje, diciendo que era necesario establecer unos estándares apropiados y que éstos debían ser definidos por organizaciones intergubernamentales tales como la UNESCO y la Organización Internacional del Trabajo (OIT).

La resolución insta al Consejo Ejecutivo de la IE a desarrollar la definición de los estándares relativos a los entornos propicios, cómodos, seguros y protegidos para la enseñanza y el aprendizaje. Y debe reclamar la aplicación de estos estándares a nivel nacional e internacional.

Una situación beneficiosa para todos

Los delegados señalaron que los entornos de calidad no solamente beneficiaban a los estudiantes, sino también a los docentes. “En Suecia, los docentes se encuentran en todas las listas de profesiones estresantes”, dijo Sandra Wahlström de Lärarförbundet, y añadió que unas mejores condiciones para los docentes y los estudiantes creaban “una situación beneficiosa para todo el mundo”.

Melissa Cropper, de la Federación Americana de Docentes (AFT), dijo que “hay millones de niños que asisten a escuelas que no cumplen las normativas o son inhumanas. No podemos seguir permaneciendo en silencio”.

Anteriormente, en intervenciones relativas a las enmiendas a la resolución, los delegados pidieron que se tuviera más en cuenta la identidad y la expresión de género. El Congreso también instó al Consejo Ejecutivo a incluir el término “religión” como una categoría de discriminación potencial de la que hay que proteger a los estudiantes, junto con el género, la raza y las características personales tales como las discapacidades, el origen étnico y la orientación sexual.