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Mundos de la Educación

Canciones protesta para enseñar a la sociedad

publicado 21 junio 2023 actualizado 28 junio 2023
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Para el profesorado, las huelgas suponen un conflicto emocional ya que es todo un reto estar tanto tiempo sin trabajar, sobre todo si la protesta transcurre en escuelas sin estudiantes. También suele ser un periodo de preocupación financiera para las familias de la comunidad educativa. Si hay enfrentamientos con las fuerzas de seguridad, el profesorado en huelga se expone además a riesgos físicos. Sin embargo, sea cual sea el resultado de la movilización, el tiempo que las y los docentes pasan juntos es una oportunidad para reforzar su sentido de pertenencia al colectivo. El personal educativo se beneficia de las largas horas utilizadas discutiendo y llegando a acuerdos sobre los valores que guiarán su trabajo, una labor que suelen desempeñar en solitario en el aula.

Uno de los temas que se plantean durante las huelgas docentes es la dificultad para llegar a potenciales aliados de la sociedad. El profesorado ejercita sus habilidades en clase, pero dirigirse a adultos desconocidos que no están obligados a escuchar es algo totalmente distinto.

En 2019, durante la mayor huelga de la educación de la historia de Polonia, el profesorado tuvo que afrontar el bloqueo informativo. Se habían convertido en objetivo de la propaganda partidista. Y, de forma espontánea, empezaron a crear contenidos para las redes sociales. Antes de perder la batalla y que comenzara su actual éxodo de las escuelas públicas, intentaron componer canciones para difundir su mensaje. Versionaron la letra de temas populares y los cantaron a coro en las escuelas vacías. Después subían las grabaciones a la red.

No queréis educación, necesitáis un pueblo ignorante.

No escucháis nuestros argumentos; conocemos bien vuestras mentiras.

¡Docentes, no os rindáis!

Quieren eliminarnos como a gusanos o a piojos.

En un mundo perfecto, esas canciones protesta habrían llegado a lo más alto de las listas de éxitos, se habrían comentado en el mundo de la cultura y el espectáculo, habrían trascendido el estéril debate político. Pero, en este caso, la estrategia no funcionó. El reciente estudio "The humiliated began to sing: How teachers on strike tried to teach society" (Los humillados empezaron a cantar: Cómo el profesorado en huelga intentó enseñar a la sociedad) analiza 78 canciones para extraer conclusiones de esta experiencia.

Estas son algunas pistas que pueden ayudar a que las canciones protesta lleguen a los posibles aliados:

  1. Las canciones deben mencionar lo que queremos que haga la gente. El alumnado necesita instrucciones para hacer sus tareas y el público también. De lo contrario, escuchar la canción, disfrutarla y compartirla no será suficiente para triunfar.
  2. No vale la pena que la letra de las canciones repita las críticas a la huelga. Las críticas no necesitan refuerzo. Lo que merece atención son las demandas, las emociones y las opiniones del profesorado en huelga.
  3. Hay que escoger con cuidado el marco en el que se graban las canciones. El profesorado polaco creyó que la audiencia preferiría la autenticidad y por eso se grabó cantando. En lo que se fijaron tanto el público como los detractores fue en la pobre estética de los vídeos.
  4. Las canciones protesta grabadas deben ir precedidas de una introducción. Incluso una explicación breve hace que se entienda mejor el mensaje y despierta la empatía.

Una herramienta tan ambiciosa como la canción protesta requiere el dominio técnico de la comunicación. Y no solo porque la creatividad del profesorado estará bajo el escrutinio público, que puede ser demoledor. También porque es muy difícil explicar a la sociedad que amamos la educación y esta profesión, en cuyas manos ponemos el futuro del mundo y de las próximas generaciones, mientras demandamos aumentos salariales:

Gracias a vosotros, lo sé. Sé que puede hacerlo.

Al final, nuestro plan se hará realidad.

Te conozco, escuela, te quiero.

Me mantendré firme, nada puede doblegarme.

Las opiniones expresadas en este blog pertenecen al autor y no reflejan necesariamente ninguna política o posición oficial de la Internacional de la Educación.