Ei-iE

Un profundo enfado y un apego a la escuela pública. Esto es lo que demuestra el profesorado francés en huelga a través de su semana de acción y el lanzamiento de una petición intersindical para reclamar el abandono de las medidas del “choque de saberes”.

Una semana de acción que arranca con fuerza

El 40% de las y los docentes se declararon en huelga el 6 de febrero, según el Syndicat national des enseignements de second degré-Fédération syndicale unitaire (SNES-FSU). “Cinco días después de una jornada de huelga exitosa, queda patente el profundo enfado que sienten nuestros compañeros y compañeras. Nuestro orgullo y nuestra misión son acoger en todas partes a todo el alumnado sin distinción de ningún tipo, tener ambiciones para cada persona, respetar una libertad de conciencia y participar en ella, construyendo un espíritu crítico basado en conocimientos y competencias científicamente validados.

Actuar de manera duradera

Tras reconocer el éxito de la huelga del 1 de febrero, un amplio movimiento intersindical –FSU/SUD éducation/Union nationale des syndicats autonomes-Éducation (UNSA-Éducation)/Syndicat général de l'Éducation nationale-Confédération française démocratique du travail (SGEN CFDT)/CGT éduc'action– denunció el 4 de febrero “el desprecio manifestado por la ministra de Educación, pero sobre todo la orientación de la política que sigue el ejecutivo: ningún tipo de incremento salarial, un choque de saberes que simboliza un modelo escolar retrógrado y conservador contrario a los intereses tanto de las alumnas y los alumnos como del personal”.

Para los sindicatos, “este conjunto de medidas constituye un alarmante cuestionamiento de la libertad profesional del profesorado y sentará las bases de una escuela de clasificación social, a semejanza de los grupos de nivel, que contribuirán a asignar al alumnado a su posición social y educativa, y también a excluir de las aulas al alumnado con discapacidad y al quienes cuya lengua materna no es el francés. En cuanto al itinerario profesional, pedimos al Ministerio de Educación que reconsidere la reforma, sobre todo en el último año de estudios, para desarrollar programas ambiciosos para el alumnado. Nos encontramos en un momento decisivo para la escuela pública. Se impone una respuesta contundente que requiere una acción duradera. Una jornada de huelga no será suficiente para ganar la partida”.

Por ello, el movimiento intersindical ha decidido adoptar un plan de acción que se prolongue en el tiempo:

• Una semana de acción del 5 al 9 de febrero (concentraciones con motivo de las reuniones departamentales y académicas), con, por ejemplo, un momento culminante el martes 6 de febrero, en función de los contextos,
• Lanzamiento de una petición intersindical para reclamar el abandono de las medidas del choque de saberes.

No al choque de saberes

Con el fin de lograr una movilización general contra el choque de saberes y “este proyecto de escuela retrógrada y conservadora”, los sindicatos han pedido que se firme esta petición intersindica l: “Para defender la Escuela pública, el acceso de todo el alumnado a una cultura común, la libertad de enseñanza y las condiciones de trabajo, pedimos que se abandone este proyecto de reforma y se invierta masivamente en la escuela pública y en el éxito de la totalidad de las alumnas y los alumnos”.

Ya se prevé un fuerte y prolongado repunte de la acción en marzo para el servicio público de la educación y su personal si las autoridades públicas no toman las medidas necesarias y esperadas.

“La escuela pública está a punto de desmoronarse. El profesorado está muy enojado. Si el primer ministro no comprende la gravedad de la situación y no responde inmediatamente, tendrá una enorme responsabilidad en el agravamiento de la crisis que atraviesan la escuela pública y su personal”.